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Robert Ballard



Robert Ballard:
Comandante de la Marina de los Estados Unidos. Ha participado en más de un centenar de expediciones oceánicas. Su exploración sistemática de la dorsal medioatlántica aportó datos vitales para la comprensión de la tectónica de placas. Mediante el proyecto JASON facilita a los estudiantes el contacto con científicos y exploradores para mejorar el conocimiento de los ecosistemas marinos.

Chimeneas geotermales: (1975, 1976,1979):
En 1975 y 1976, a bordo del catamarán de apoyo Lulu exploró el Gran Rift Medioatlántico, en aguas de las islas Caimán. En pequeños submarinos como el Alvin, descubrió y estudió chimeneas geotermales en las profundidades de las Galápagos (1979). Estas chimeneas emiten chorros de agua con temperaturas superiores a los 350 grados centígrados, ricas en sulfuro de hidrógeno y bacterias, que atraen a gran cantidad de organismos larvarios. Durante una inmersión del Alvin en la fumarola blanca (Baja California, 1982) se extrajeron ejemplares de Methanoccocus jannischii, un arqueo que obligó a revisar los límites de separación de los reinos eucariotas y procariotas. La secuenciación de sus genes pareció una cuestión de gran interés científico y fue una de las primeras en llevarse a cabo.

Descubrimiento de barcos hundidos:
Encabezó la expedición que encontró los restos del Titanic (1985), junto con Jean Louis Michel. La búsqueda se realizó a bordo del Knorr, buque de investigación de la Woods Hole Oceanographic Institution. El minisubmarino robotizado Argo fue empleado con espectaculares resultados. En 1989 encontró los restos del acorazado Bismarck, hundido en 1941, y en 1993 los del Lusitania, hundido en 15 minutos por los alemanes en mayo de 1915 cuando se dirigía a América desde Liverpool. También encontró los restos del Monssen, Yorktown y varias naves romanas. Defiende la promulgación de leyes internacionales para la protección del patrimonio histórico submarino. Opina que los restos de los naufragios deben quedarse en su sitio.


Auguste Piccard (1884-1962):
Su especialidad era el estudio de las radiaciones cósmicas. Decía que la exploración es el deporte de los científicos. Obtuvo el título de ingeniero mecánico en la Escuela Politécnica Federal de Zurich, de la que sería profesor de física (1920). Desde 1922 hasta la jubilación dirigió los laboratorios de física de la Facultad de Ciencias de Bruselas. En su destacada carrera científica cabe citar la descripción de un cuerpo al que denominó actinuranio, después aislado y conocido por uranio 235; la construcción de varios sismógrafos universales, entre ellos el péndulo de 20 toneladas, en colaboración con Quervair, instalado en el Observatorio Central de Estrasburgo y que a poco de entrar en servicio registró un temblor en América del sur, cuyo epicentro estaba a más de 12.000 km del aparato. La rigurosidad científica de Piccard queda reflejada del profesor H.A.Lorentz al decir de él que daba siempre la siguiente cifra decimal. Al repetir en globo libre las experiencias de Michelson, las mediciones de Piccard de la velocidad de la luz fueron una de las primeras confirmacioes experimentales de la teoría de la relatividad formulada por Einstein. En la lista de los principales instrumentos de precisión que a él se deben, figuran los siguientes: balanza de precisión, calorígrafo, velocímetro, aparato para medir corrientes eléctricas de gran intensidad y un electrómetro para la medida de la radiactividad débil. Para estudiar mejor la distribución de las temperaturas en el interior de los globos se hizo piloto aeronáutico y antes de esto ya había tomado parte en el torneo internacional Gordon-Bennet, para globos libres, celebrado en París en la primavera de 1912.

En 1931 logró elevarse 15.781 metros y vio la curvatura terrestre como nunca antes fue vista. Seis años después de alcanzar la estratosfera en una cápsula presurizada colgada de un globo, presentó (1937) el invento del batiscafo, en cuyo desarrollo emplearía una década. Utilizando una cápsula esférica o batisfera, descendió el 30 de septiembre de 1953, en aguas del mar Tirreno, hasta los 3.150 metros. El batiscafo Trieste era una nave autónoma, a diferencia de las batisferas que se utilizaban hasta entonces, que se mantenían unidas a un buque en la superficie por cables, con el riesgo que significaba su rotura. La Marina estadounidense adquirió el Trieste para emplearlo en la investigación oceánica y Jacques Piccard se trasladó a los EE.UU. para trabajar en su desarrollo y perfeccionamiento. El comandante Georges Houot y el ingeniero Pierre Willm, franceses, descendieron con el batiscafo FNRS-3 hasta los 4.050 metros de profundidad, en la fosa que existe frente a Dakar, el 15 de febrero 1954. El 23 de enero de 1960, Jacques Piccard y el capitán norteamericano Don Walsh, con el batiscafo Trieste alcanzaron los 11.250 metros en la sima Challenger de la fosa de las Marianas, al sudoeste de Guam, el lugar más profundo del planeta. El 15 de julio de 1962, Houot y Willm, con el batiscafo Archimède alcanzaron los 9.555 metros en la fosa de las islas Kuriles.

    El batiscafo Trieste (1953):
    Diseñado y construido por Auguste Piccard en compuesto de dos partes. La primera superior era un tanque que simplemente contenía 106 metros cúbicos de gasolina. Al tener menor peso específico que el agua, ésta proporciona suficiente flotabilidad para devolver la embarcación a la superficie cuando el lastre de agua contenida en dos tanques pequeños colocados en los extremos se expulsaba por medio de aire comprimido. El lastre permanente (nueve, y más tarde 16 toneladas de bolitas de hierro) también se contenía en esta parte. La sección más baja era una esfera de aleación con capacidad para dos personas, con paredes de 10 cm de grosor. Su primera inmersión se hizo en 1953, y cinco años después el Trieste fue vendido a la Marina de los Estados Unidos. Se le dotó de una esfera para pasajeros más resistente. Tonelaje: 50 Tm. Eslora: 18,1. Manga: 3,5. Construido en Navalmeccanica, Nápoles y financiado en gran parte por los habitantes de Trieste.


Inmersiones en Las fosas:
Un buceador normal no puede trabajar a una profundidad mucho mayor de 300m. Para alcanzar zonas más profundas es necesario el uso de sistemas presurizados. Las batisfera de gruesas paredes de acero y tres cristales de cuarzo tenían el inconveniente de las peligrosas sacudidas que experimentaba el cable por causa del movimiento del barco madre en la superficie. A la profundidad de 10.000m las presiones sobre las paredes son de una tonelada por centímetro cuadrado. La ventana con el Arquímedes pasó a ser de plástico, de unos 15 cm de grosor. El Aluminaut americano se movía a 4 nudos. El Nautilus del IFREMER francés era capaz de alcanzar casi cualquier profundidad.

En el año 1830, Augustus Siebe ideó el primer traje de buzo. Un buzo con un traje apropiado puede alcanzar sólo unos 90 m. En 1934, Charles William Beebe consiguió llegar hasta unos 900 m en su batisfera, pequeña nave de gruesas paredes, equipada con oxígeno y productos químicos para absorber el anhídrido carbónico. Su colaborador, Otis Barton, alcanzó una profundidad de 1350 m en 1948, utilizando una batisfera modificada: el bentoscopo. Básicamente una batisfera es un objeto inerte, suspendido de un buque de superficie mediante un cable (un cable roto significaba el final de la aventura). Por tanto, lo que se precisaba, era una nave abisal maniobrable. Tal nave, el batiscafo, fue inventada, en 1947, por el físico suizo Auguste Piccard. Construido para soportar grandes presiones, utilizaba un pesado lastre de bolas de hierro (que, en caso de emergencia, eran soltadas automáticamente) para sumergirse, y un "globo" con gasolina (que es más ligera que el agua), para procurar la flotación y la estabilidad. En su primer ensayo, en las costas de Dakar, al oeste de Africa, en 1948, el batiscafo (no tripulado) descendió hasta los 1350 m. [Disponía de hélices propulsadas por motor eléctrico]. Posteriormente, Piccard y su hijo Jacques construyeron una versión mejorada del batiscafo. Esta nave fue llamada Trieste en honor de la que más tarde sería Ciudad Libre de Trieste, que había ayudado a financiar su construcción. En 1953, Piccard descendió hasta los 4000 m en aguas del Mediterráneo. El Trieste fue adquirido por la Marina de los Estados Unidos, con destino a la investigación. El 14 de enero de 1960, Jacques Piccard y un miembro de dicha Marina, Don Walsh, tocaron el suelo de la fosa de las Marianas, o sea, que descendieron hasta los 11.263 m, la mayor profundidad abisal. Allí donde la presión era de 1.100 atmósferas, descubrieron corrientes de agua y criaturas vivientes. La primera criatura observada era un vertebrado, un pez en forma de lenguado, de unos 30 cm de longitud y provisto de ojos. En 1964, el batiscafo Arquímedes, de propiedad francesa, descendió diez veces al fondo de la sima de Puerto Rico, la cual -con una profundidad de 8.445 m- es la más honda del Atlántico. También allí, cada metro cuadrado de suelo oceánico tenía su propia forma de vida. De modo bastante curioso, el terreno no descendía uniformemente hacia el abismo, sino que parecía más biem dispuesto en forma de terrazas, como una gigantesca escalera. (Isaac Asimov)


Victor 6000:
Es un sistema ROV dedicado a la investigación oceanográfica diseñado y construido por Ifremer (Institut Français pour l'Explotation de la Mer), organismo público dependiente del Estado francés dedicado a la investigación oceanográfica y pesquera. Las principales características de este mini-submarino son: operado a distancia a través de un cable, capaz de operar a gran profundidad, dotado de sistemas de control, modular, idóneo para captar imágenes y portar equipos científicos o para manipular y recoger objetos bajo el mar. La parte inferior está construida por un módulo intercambiable, en función de la misión a realizar, donde están instalados los conjuntos de instrumentos y parte de los sensores. El mini-submarino puede operar en una profundidad máxima de 6.000 metros, contando con empuje de 200 kg en cualquier dirección, lo que le permite alcanzar una velocidad máxima de 1,5 nudos. Sus ojos son ocho cámaras fotográficas y de vídeo y otros tantos proyectores de iluminación, que complementan un extenso surtido de sensores: de inclinación, profundidad y velocidad y sonar clásico y panorámico. Sus elementos operativos son un brazo de manipulación y otro de sujección, cada uno con capacidad para 100 kg. Está pensado para realizar misiones de reconocimiento de fondos, de larga duración, pudiendo actuar en un área determinada, siguiendo una dirección predefinida, remolcado por el buque oceanográfico. Igualmente puede llevar a cabo trabajos de batimetría fina y mediciones físicas. Otras de sus capacidades son las de toma de muestras y el manejo de herramientas específicas. Aunque no está concebido específicamente para ello, también puede intervenir en otro tipo de misiones no puramente científicas: trabajos en el fondo del mar, recuperación de materiales, etc. El conjunto para su puesta en narcha consta de: 1) Cabrestante hidráulico para el cable umbilical de 8.500 metros y 20 milímetros de diámetro. Peso total: 30 toneladas. 2) Submarino, con dimensiones de 3,1 x 1,8 x 2,1 metros, un peso de 4 toneladas y otros 600 kg para el módulo de equipos. 3) Lastre depresor de 1,5 x 0,8 x 0,5 metros, con un peso de 1,2 toneladas. 4) El cable de enlace entre el depresor y el ROV, con una longitud de entre 100 y 300m y 35 mm de diámetro. 5) Cinco contenedores para almacenar el sistema de alimentación, central hidráulica del cabrestante, puesto de mando, taller de mantenimiento y pañol de equipos auxiliares, con un peso total de 110 toneladas.

(www)National Geographic | Extracción de objetos de pecios | Submarinismo | Fondos | Submarinos | Filmaciones


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