Viajes de exploración
James Cook



James Cook (1728-1779):
Hasta los trece años sirvió como criado en una pobre granja del condado de York. Pertenecía a una familia de nueve hermanos y nunca había visto el mar a pesar de que era su sueño. El Truelove, su primer barco, era un pesado y sucio barco carbonero. En él entró de grumete y pasó a tripulante, contramaeste y al fin capitán. Luchó contra los franceses en la guerra de los Siete Años, participando en el sitio de Quebec. Su destacada actuación le valió el cargo de alférez y el mando de una pequeña corbeta. Cook había ascendido en la Marina Real y tras ganarse una gran distinción como guardián del San Lorenzo y de la costa del Labrador y de Terranova, en 1768 fue seleccionado por la Royal Society para observar el tránsito de Venus (3 junio 1769) en los mares del sur, y para descifrar el enigma de la Terra Australis. El mando le fue encomendado por Lord Hawke, que decidió no poner la expedición en manos de Alexander Dalrymple, gran estudioso de la información disponible sobre el Pacífico Sur. Desde la profunda y exitosa reforma que lord Anson (1697-1762) había realizado sobre la Royal Navy los aristócratas bien relacionados tenían difícil su designación para el mando. Darlymple, proviniente de una familia de título y riqueza, rechazó ofendido formar parte de la expedición como observador civil. Cook zarpó de Inglaterra el 26 de agosto de 1768 a bordo del Endeavour, con una tripulación que incluía al botánico, y posterior animador del viaje africano, Joseph Banks. Llevó consigo toda una biblioteca de Historia Natural y un equipo formado por brillantes artistas y científicos.

James Cook Supuesto trazado de la costa de la imaginada Terra Australis Exploración de las costas de Nueva Zelanda Canguro

Se dieron instrucciones a Cook para que fuera primero a Tahití, donde se tenía que observar el paso de Venus por el disco solar el 3 de junio de 1769. Por triangulación calcularían la distancia del Sol a la Tierra. Luego debía continuar en dirección sur en latitud 40º S a la búsqueda del supuesto continente del sur. Su primer éxito consistió en evitar el escorbuto entre sus hombres haciéndoles ingerir un preparado de vinagre de manzana, zumo de limón, melaza y coles fermentadas. Llegó a Tahití con la tripulación completa. Trató con habilidad diplomática a los nativos, a los que trataba bien cuando demostraban buena fe. Usaba perdigones cuando debía recurrir a las armas. A los ladrones les hacía afeitar la cabeza. Cuando padres de familia le ofrecían a sus hijas él explicaba que no estaba allí en viaje de placer, sino con el propósito de realizar observaciones astronómicas. Los tahitianos lo llamaron el hombre que busca un planeta. Se dirigió a las islas Sociedad a las que dio nombre, y luego, al fracasar su intento de encontrar un nuevo continente, navegó en dirección sur hasta llegar a Nueva Zelanda. Circunnavegó las dos islas dibujando la figura de un ocho con lo que demostró que no se trataba de una sola isla y que no estaba unida a Australia.

Australia:
Tras dedicar seis meses a reconocer Nueva Zelanda, puso rumbo al Oeste en busca de la gran Tierra Sur Desconocida. El 1 de abril de 1770 tocó Australia en Punta Hicks. Navegó remontando la costa y entró en una bahía el 29 de abril. Mientras reparaba algunas averías causadas por unos arrecifes de coral, fue el primer europeo en contemplar un canguro. Con el nombre de Nueva Gales del Sur se anexionó la costa oriental de Australia en nombre del rey Jorge. Descubrió la Gran Barrera de Arrecifes por el peligroso método de navegar por su interior. Pronto se dio cuenta de que estaba navegando por aguas tranquilas y poco profundas, propias de una laguna, que usualmente se encuentran entre un arrecife y la costa. No tardó en tropezar con un aislado pináculo de coral.

    Un arrecife como del que hablo aquí es prácticamente desconocido en Europa... Es una pared de roca de coral que se alza perpendicularmente por encima del insondable océano... Las grandes olas del vasto océano, al encontrarse de pronto con resistencia, hacen más terrible el oleaje, al romperse contra montañas de gran altura, especialmente cuando, como en nuestro caso, los vientos soplan directamente encima. (Diario de Cook)

Las reparaciones del Endeavour llevaron dos meses dentro del arrecife. Pudieron escapar del laberinto de coral pasando a mar abierto a través del pasaje de Cook, en el cabo Melville. Mientras se desplazaban hacia el norte se encontraron en peligro de ser aplastados contra las paredes de coral por el furioso oleaje. Lograron encontrar nuevamente una estrecha salida de la barrera que llamaron canal Providencial. Los trabajos de cartografía marítima eran tan perfectos que sorprendieron a cuantos navegantes los estudiaron.

Segunda expedición (1772):
Cook partió al mando de dos barcos. Tenía instrucciones de navegar hasta el cabo de Buena Esperanza y desde allí continuar su búsqueda de la Terra Australis. No consiguió ver tierra y navegó hacia el este de Nueva Zelanda, al sur de la ruta de Tasman, volviendo a probar que no había ningún continente. Tras una segunda visita al círculo polar Antártico en la que llegó a ver campos de hielo, puso rumbo norte para recorrer el "continente" de Quirós, unas islas en realidad. Después regresó a Inglaterra finalizando una gran navegación que duró tres años.

Tercera expedición (1776-1779):
Por orden del conde de Sandwich, tenía como objetivo examinar la costa septentrional del Pacífico, en busca de un posible paso al noroeste. Tenía instrucciones de anexionarse aquellas tierras que aún no habían sido reclamadas por otras potencias. Zarpó el 12 de julio de 1776 rumbo a Nueva Zelanda navegando alrededor de Africa, para seguir hacia la costa de América del Norte, y en su travesía hacia el norte descubrió las islas Hawai, que bautizó con el nombre de Sandwich. Tras aprovisionar sus barcos en la isla de Vancouver, penetró por el estrecho de Bering sin encontrar el paso. Cook contribuyó a aclarar la configuración del Pacífico, ganó la batalla del navegante contra el escorbuto gracias a la alimentación adecuada y aportó gran cantidad de conocimientos en muchas áreas del conocimiento gracias a sus métodos científicos.

Endeavour. Barco de Cook Enfrentamiento con los habitantes de Hawai Mapa de Tahití Endeavour

Muerte de Cook en Hawai (14 febrero 1779):
Los navegantes fueron recibidos muy cordialmente por los isleños, algunos de los cuales creyeron que aquellos hombres eran dioses. Después de haber embarcado agua fresca y alimentos, partieron rumbo al norte. En el Artico lucharon contra temporales, tormentas de nieve y la niebla sin encontrar indicios del paso. Decidieron regresar a las islas para efectuar reparaciones y pasar el invierno. Volvieron a ser bien recibidos y saludados como dioses. Pero llegó un momento en que sus demandas de provisiones eran tan excesivas que las existencias de alimentos de los hawaianos empezaron a disminuir, lo que les causó un justificado malestar. Algunos de los isleños se resintieron del desprecio que los ingleses demostraban por sus ritos y creencias. La situación empeoró hasta que era de temer la aparición de la violencia y Cook inició los preparativos para la marcha. Cook desembarcó para apresar a algún jefe que pudiera ser cambiado por un pequeño bote que había sido robado. Había dado órdenes de disparar si las canoas indígenas se acercaban a los barcos. En la orilla un grupo de guerreros habían hecho desistir a Cook de sus planes de apresamiento y cuando volvía a su bote uno de los barcos abrió de improviso fuego sobre una canoa. Los indígenas de la orilla temiendo un ataque general se lanzaron contra el bote hiriendo de muerte a Cook. Cuando estalla la guerra de América (1778) Cook llevaba dos años embarcado en lugar indeterminado para los europeos. En marzo de 1779 Luis XVI ordena lo siguiente:

    El capitán Cook, que partió de Plymouth en el mes de julio de 1776 a bordo de la fragata Resolution y en compañía de la Decouverte, capitán Clerke, para intentar ciertos descubrimientos en las costas, islas y mares de Japón y de California, debe estar a punto de volver a Europa. Como tales empresas son de utilidad general para las naciones, la voluntad del rey es que el capitán Cook sea tratado como un comandante de una potencia neutral y aliada y que todos los capitanes de los barcos armados que encuentren a este célebre navegante le informen de las órdenes de Su Majestad en lo que a él respecta, y al mismo tiempo le hagan saber que ha de abstenerse de cualquier tipo de hostilidad. (Esta caballerosa orden se dio sin saber que Cook había muerto poco antes).

Archipiélago de Cook:
Fue el primero en explorar sus quince islas del Pacífico sur en 1773. Algo más de un siglo antes Alvaro de Mendaña las divisó y señaló su existencia. Cook les puso el nombre de islas Hervey en honor de Augustus Hervey, conde de Bristol y lord del Almirantazgo. Cincuenta años después el cartógrafo ruso Johann von Krusenstern las rebautizó con el nomnbre de Cook. Cuando la tripulación del Cumberland desembarcó en Rarotonga en 1814 los habitantes polinesios maoríes mostraron su resistencia a la llegada de foráneos con un sangriento enfrentamiento armado. Entre otros fallecidos, Ann Butchers, la esposa del capitán, terminó siendo devorada por los isleños. Con la llegada de misioneros se pondría años después fin al canibalismo. La isla de Rarotonga, la principal, está formada por los restos de un volcán y posee unos 30 km de circunferencia. La isla de Mangaia es la más antigua de todas las islas de la Polinesia. La isla de Pukapuka, más cerca de Samoa que de Rarotonga, tiene costumbres singulares e idioma propio. Las islas se autogobiernan en libre asociación con Nueva Zelanda. [Longitud 160, Latitud 17]

Expediciones de otros navegantes al Pacífico:
Tambien realizaron notables viajes por el Pacífico los franceses Louis Antoine de Bouganville (1729-1811), en 1766-1769, el mercader Jean de Surville, los capitanes Yves-Joseph de Kerguélen-Trémarec (1734-1797) en 1772-1774 y Nicolas Thomas Marion-Dufresne (1729-1772). Joseph Bruni d'Entrecasteaux (1737-1793) realizó un viaje en busca del desaparecido La Pérouse (1792-1793). Los españoles Bruno Haceta, Juan Francisco Bodega y Quadra e Ignacio Artiaga exploraron importantes zonas del Pacífico. El navegante inglés George Vancouver (1757-1798) en 1791-1795, estudió a fondo las costas de la Columbia Británica.

La Academia de las Ciencias de París organizó dos expediciones para medir el arco del meridiano en puntos extremos; más allá del círculo polar (en Laponia) y junto al ecuador. Se proponía comprobar la exactitud de la teoría del aplastamiento de los polos, que Isaac Newton propugnara en el siglo anterior. La primera estaba dirigida por Alexis Clairaut (1713-1765) y Pierre Louis Moreau de Maupertius (1698-1759) en 1735-1737. Formaron parte de la segunda expedición los ingenieros franceses Charles Marie de la Condamine (1701-1774), Luis Godin (1704-1760) y Pierre Bouguer (1698-1758), a los que se unieron los marinos españoles Jorge Juan (1713-1773) y Antonio de Ulloa (1716-1795) en 1735-1739. La reducción progresiva de la medida de los grados terrestres a partir del ecuador, que Newton dedujo teóricamente, resultó confirmada.


Ruta de Burke 1860-1861 Exploradores del interior de Australia (finales s.XIX):
Los exploradores australianos buscaban algún mar interior o lago para acabar con los problemas de sequía en el país. Fue el criador de ovejas Edward Eyre quien, adentrándose en las tierras del interior, descubrió el intermitente lago de agua salada que en la actualidad lleva su nombre. El científico alemán Ludwig Leichhardt exploró las tierras del norte de Australia, pero murió en 1848 cuando intentaba cruzar el territorio de este a oeste. Mientras tanto, Charles Sturt y, más tarde, John Stuart, penetraron, desde las colonias del sur, en los más inhóspitos territorios del interior. Entre 1860 y 1861 Stuart lo cruzó casi completamente en dos ocasiones; partió de la ciudad de Adelaida, atravesó las polvorientas y despobladas tierras interiores y llegó al Territorio del Norte. En 1862 consiguió recorrer 3.250 km, con la ayuda de caballos y camellos. Regresó entonces a Adelaida, al mismo tiempo que llegaban a la ciudad los cuerpos sin vida de Robert O’Hara Burke y William Wills. Éstos habían partido de la ciudad de Melbourne para realizar un ambicioso viaje que pretendía seguir la pista de Stuart por tierras de Australia, pero, al no poder llegar a la costa norte, decidieron regresar y a mitad del camino murieron de sed y hambre en Cooper Creek. Más tarde, otros exploradores, a menudo con la ayuda de los aborígenes australianos que durante miles de años habían recorrido el territorio, cartografiaron las inmensas regiones que aún no habían sido trazadas. Entre ellos estaban los hermanos Gregory, que se ocuparon del Territorio del Norte; Alexander Forrest, que exploró el oeste de Australia; Ernest Giles, que fue el primer europeo que llegó a Ayers Rock (Uluru) en 1872; y los exploradores Gibson y Simpson, que descubrieron los desiertos que llevan sus nombres.

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