MAR
Notas



Mar: Notas:


Mascarones:
Era todo un espectáculo. La más humilde embarcación flotante atrae al marino por la fidelidad de su existencia; y aquel era el lugar donde podía uno contemplar la aristocracia de los barcos. Era una noble asamblea de los más hermosos y los más veloces, cada uno llevando en la proa el emblema esculpido de su nombre como si se tratara de una galería de vaciados en yeso: figuras de mujeres con coronas murales, mujeres con túnicas de mucho vuelo, con doradas cintas en el cabello o pañuelos azules en torno a la cintura, con sus redondeados brazos extendidos como para señalar el rumbo; cabezas de hombre con casco o descubiertas; guerreros, reyes, estadistas, lores y princesas de cuerpo entero, todos blancos de la cabeza a la punta de los pies; y, aquí y allá, la morena figura con turbante, chillonamente abigarrada, de algún sultán o héroe oriental, todos echados hacia adelante bajo la inclinación de poderosos baupreses y como ansiosos por iniciar otra carrera de 11.000 millas en sus soslayadas posturas. Así eran los hermosos mascarones de proa de los barcos mejores del mundo. Pero, ¿por qué, a no ser por el amor a la vida que aquellas efigies compartieron con nosotros en su impasibilidad errante, habría uno de intentar reproducir con palabras una impresión acerca de cuya fidelidad no puede haber juez ni crítico, puesto que ningún ojo humano volverá ya a contemplar una exposición del arte de la construcción naval y del arte de esculpir mascarones de proa como la que a lo largo de todo el año se veía en la galería al aire libre de la Nueva Dársena del Sur? Toda aquella compañía paciente y pálida de reinas y princesas, de reyes y guerreros, de mujeres alegóricas, de heroínas y estadistas y dioses paganos, coronados, con casco, con la cabeza descubierta, ha huido del mar para siempre, extendiendo hasta el final, por encima de la revoloteante espuma, sus hermosos brazos redondeados; enarbolando sus lanzas, espadas, escudos, tridentes, en la misma actitud incansable, empeñada hacia el frente. Y nada queda, excepto quizá, resonando en la memoria de unos cuantos hombres, el eco de sus nombres, desaparecidos hace ya mucho tiempo de la primera página de los grandes diarios londinenses; de los enormes carteles en las estaciones de ferrocarril y sobre las puertas de las oficinas marítimas; de las mentes de los marineros, capitanes de muelle, pilotos y tripulantes de remolcadores; de los saludos de roncas voces y del ondeo de banderas de señales intercambiadas entre barcos que se acercaban y separaban en la abierta inmensidad del mar. (Conrad, El espejo del mar)

Extremófilos (1965):
Los primeros extremófilos fueron encontrados en 1965 por el matrimonio Broock en una muestra de la capa superficial del borde de la charca Emerald Pool en Yellowstone, en aguas fétidas y ácidas con una temperatura de casi 100 grados. En la bacteria termophilus aquaticus hallada en esa ocasión el Nobel de 1993 Mullis encontró unas enzimas resistentes que podían utilizarse para producir una reacción de polimerización en cadena de enorme utilidad para la genética. El científico de la NASA Jay Bergstralh expresó la sorprendente adaptabilidad de la vida diciendo: «Donde quiera que vayamos en la Tierra (hasta en lo que parecían los medios más hostiles para la vida), siempre que haya agua líquida y alguna fuente de energía química, encontramos vida». En sus campañas a bordo del Lulu a partir de 1975 Ballard descubrió las chimeneas geotermales en el centro del Atlántico. Es posible que la primera vida sobre la Tierra estuviera compuesta durante un tiempo exclusivamente de extremófilos situados junto a fumarolas submarinas. En 2015 se descubrió el Jacuzzi of Dispair, un deadpool sin oxígeno y concentraciones muy tóxicas de metano y sulfuro de hidrógeno. En áreas contiguas a su alrededor se detectó una gama de extremófilos.

El agua en El botón de nácar:
Película documental con tintes poéticos y políticos del cineasta Patricio Guzmán. Es la segunda parte de una trilogía, La memoria del agua. El botón con el que la tripulación de Fitz-Roy tentó a un fueguino conecta con el encontrado incrustado en un riel de tren sumergido en el mar. El riel estuvo unido por alambres al cuerpo de un desaparecido durante la dictadura de Pinochet. La representación de la intrincada geografía en forma de mapa de la larga costa chilena tiene una destacada presencia. La costa chilena abarca 2.630 millas de extensión ricas en recursos pesqueros que alimentaron a cuatro pueblos indígenas. Cercado por el desierto de Atacama en el norte y la gran elevación de los Andes al este, el país tiene muchos elementos de los que caracterizan a una isla apartada. Un indio entrevistado cuenta su paso en canoa a través del cabo de Hornos. Acompañaba a su padre cuando apenas tenía 12 años. No me siento chilena, soy alacalufe, cuenta una anciana que se sumergía desde muy niña para recolectar marisco. La película comienza con una imagen de una gota de agua atrapada en un bloque de cuarzo con forma de cubo de hace 3.000 años. Semejante antigüedad comparten los glaciares de la Patagonia chilena. Enormes piezas de hielo que desde hace miles de años circulan en un ciclo constante de destrucción y regeneración. Se escucha la voz a los kawésqar que prácticamente fueron masacrados por el hombre blanco. Hoy sólo sobreviven 20 miembros que conservan sus ancestrales costumbres y su lengua. Muchas de las fotos en blanco y negro recogidas en la película reflejan la fundamental presencia del mar en la vida indígena. Jeremy Button fue el nombre dado por los británicos a un nativo de Tierra del Fuego que en 1830 fue comprado a cambio de un botón de nácar y trasladado a Inglaterra para ser "civilizado". Button viajó de la edad de piedra hasta la revolución industrial y cuando volvió nunca fue el mismo, fue un hombre perdido, sin identidad y murió solo. Los cuerpos de cerca de 1.500 chilenos fueron arrojados al mar durante los años de represión. Decenas de rieles han sido rescatados del fondo. El del botón incrustado se exhibe en el Museo de la Memoria en Santiago.

Puerto de la Cruz:
Por su pequeño puerto el norte de Tenerife exportó vinos, orchilla y cochinilla, y más tarde el tomate y el plátano. Para ayudar a la carga de barcos se construyó el desembarcadero El Penitente. En la exportación de productos agrícolas destacaron los ingleses con las Casas de Fyffes Limited, Yeoward y Dan Wille. El capital de los emprendedores alemanes estuvo representado por don Jacob Ahlers, y también fue notable la actividad noruega con Thoresen. Tras finalizar la Primera Guerra Mundial El Penitente se dotó de grúas por iniciativa de representantes extranjeros. La Casa Fyffes Limited solicitó autorización para instalar y explotar por su cuenta una grúa, y Yeoward hizo lo mismo poco tiempo después (1922). Los residentes extranjeros alcanzaron suficiente número como para edificar la iglesia protestante, con vivienda anexa para el pastor anglicano. Junto a ella se instaló la biblioteca británica y el Club en que se daba cita la colonia. El cementerio protestante fue instalado junto a San Felipe. El Sendero de la Costa es un antiguo camino de unos 2 kilómetros que transcurre por la llamada Costa de Yeoward. Desemboca en la playa de arena negra de El Bollullo y continúa hacia las playas de Los Patos y El Ancón. Dos viejos cañones permanecieron largo tiempo abandonados en la antigua plataforma de San Telmo, donde aún se levanta la ermita del santo, fundada por el Gremio de Mareantes y rodeada de unos parapetos que contenían empalizadas. El santo dominico Pedro González Telmo, nacido en Frómista, desde finales del siglo XIV se convirtió en patrón de navegantes por la gran fama de los prodigios que había realizado en socorro de los hombres de la mar de Pontevedra. Marineros gallegos, portugueses y andaluces extienden su devoción por todo el litoral atlántico y llega a Canarias en el siglo XV. Su patrocinio ya por entonces estaba esculpido en el retablo de la casa de Mercantes de Sevilla.

Bronceado de posguerra:
Eugène Schueller (1881-1957), tenía entonces veintiséis años y trabajaba como representante de productos de peluquería en París. Gracias a su inquietud emprendedora, logró llevar al mundo del cabello la misma revolución que William Perkin —el fabricante del primer colorante sintético para ropa— había originado a finales del siglo XIX. La enorme demanda llevó a Schueller a fundar la Compañía Francesa de Tintes Inofensivos para el Cabello, que en 1939 pasó a llamarse L’Oréal (el nombre estaba inspirado en un peinado de moda entre las mujeres de la época). Tres años después, Schueller volvió a dar en el blanco con la crema bronceadora Ambre Solaire. El lanzamiento de este producto no pudo llegar en mejor momento. La diseñadora Coco Chanel había puesto de moda el bronceado en la década de 1920, y el gobierno francés aprobó por primera vez las vacaciones pagadas en 1936. El olor del célebre bronceador se convirtió en sinónimo de tiempo libre, felicidad y salud, ya que evitaba las quemaduras del sol. La primera publicidad de Ambre Solaire mostraba una imagen revolucionaria en su tiempo: una mujer en bañador. (Blázquez) De unas vacaciones en las pistas de esquí también se volvía con la piel bronceada, hecho que los publicistas incluyeron en campañas de estética glamurosa.

Canal de Belomorsk (1933):
En el verano de 1931, a sus setenta y cinco años, el dramaturgo George Bernard Shaw visitó durante nueve días la Unión Soviética. Lo que vio —o creyó que veía— fue un paraíso de los trabajadores en vías de construcción. Entre los lugares que inspeccionó se encontraba el del proyectado canal Moscú-Volga. El canal aspiraba a unir la capital soviética con el río Volga no solo para facilitar el tráfico fluvial, sino también para complementar el suministro de agua a una ciudad que se hallaba en rápida expansión. En abrupto contraste con las colas del paro de Occidente, el lugar no tardaría en ser un hervidero de trabajadores. Aquel era un símbolo del sueño aparentemente realizable del socialismo de estado, y los visitantes occidentales como Shaw reaccionaban con éxtasis. Habían visto el futuro; y comparado con el aparentemente difunto sistema capitalista, parecía funcionar. Shaw, que formaba parte de un variopinto grupo de turistas organizado por los millonarios Nancy y Waldorf Astor, había adoptado inicialmente su acostumbrado talante irónico, pero pronto sucumbió a los calculados halagos de sus anfitriones soviéticos. Tras concedérsele una audiencia con el propio Stalin. [...] Probablemente nada ilustra mejor el carácter diabólico del régimen estalinista que el canal de Belomorsk, de 225 kilómetros de longitud, construido a instancias de Stalin para unir el Báltico y el mar Blanco. Entre septiembre de 1931 y agosto de 1933, un contingente de presos cuya cifra oscilaba entre 128.000 y 180.000 —la mayoría de ellos de Solovétskie, con Frenkel como director de sus tareas— abrieron una vía fluvial equipados solo con las más primitivas piquetas, carretillas y hachuelas. Tan duras eran las condiciones, y tan inadecuadas las herramientas, que decenas de miles de ellos murieron durante las obras. Esto apenas puede decirse que resultara imprevisible; seis meses al año el suelo estaba helado, mientras que en muchos lugares los prisioneros hubieron de atravesar granito sólido. Y como ocurría con tanta frecuencia, el resultado neto vendría a ser casi económicamente inútil: el canal resultaba demasiado estrecho y poco profundo como para que pudieran navegar por él barcos de cierta envergadura.

Sin embargo, cuando se condujo a dos colegas de Shaw en la Sociedad Fabiana, el economista Sidney Webb y su esposa, la socióloga Beatrice Webb, a dar una vuelta por el canal una vez que este estuvo terminado, al parecer se olvidaron de todo aquello. Como señalarían en su libro Soviet Communism: A New Civilization? (1935), era «agradable pensar en expresar oficialmente el más cálido aprecio al éxito de la OGPU, no solo por haber realizado una gran hazaña de ingeniería, sino también por haber alcanzado un triunfo en la regeneración humana». Los Webb rechazaban explícitamente la «ingenua creencia de que ... los asentamientos penales se mantienen y se alimentan de forma constante con miles de trabajadores manuales y técnicos deportados deliberadamente con el propósito de obtener, gracias a su trabajo forzado, un beneficio pecuniario neto que añadir a las rentas del estado». Tales ideas resultaban sencillamente «increíbles» para «cualquiera familiarizado con los resultados económicos de las cuerdas de presos, o el trabajo de los reclusos, en cualquier país del mundo». La esclavitud tiene siempre sus apologistas, aunque rara vez resultan tan ingenuos. Los 36 escritores soviéticos que, bajo la dirección de Gorki, redactaron el hiperbólico libro El canal Belomorsk-Báltico denominado Stalin tenían al menos la excusa de que la alternativa a la mentira podía ser la muerte. Los Webb, en cambio, escribieron su bazofia en la seguridad de su residencia londinense. [...] Cuando Stalin inauguró el canal Moscú-Volga, el principal contratista pronunció un discurso; inmediatamente después se lo llevaron y lo fusilaron. Más de doscientos de los otros responsables del proyecto fueron también ejecutados debido a los retrasos en la construcción del canal. (Niall Ferguson)

Mi vida la dejé entre Ceuta y Gibraltar. Soy una raya en el mar. (Manu Chao) Para vivir no quiero islas, palacios, torres. ¡Qué alegría más alta: vivir en los pronombres! (Pedro Salinas) ► En el escudo de Caracas figura una vieira con la cruz de Santiago. La ciudad fue bautizada en 1567 con el nombre de Santiago de León de Caracas. ► Un método empleado para extraer el oro de objetos como relojes consiste en localizar las piezas con mayor concentración mediante una pistola de rayos X. Se disuelve el oro en ácido clorhídrico y bromo como oxidante. Se extrae el bromo calentando la solución con un poco de agua añadida. La precipitación del oro se obtiene aplicando metabisulfito de sodio. ► En 2012 dos investigadores del MIT publicaron los resultados de su trabajo sobre desalinización a partir de grafeno nanoporoso de capa simple. El método apunta a un sustancial ahorro de la energía empleada en generar presión. El grafeno permite un diseño de las membranas a nivel nanoestructural que posibilita un grado elevado de control del flujo del agua, que con menos presión puede atravesar un medio de mayor permeabilidad. ► Un viaje que tuvo ocasión de ser bien documentado y posteriormente comentado fue el que hizo el erudito viajero Patrick Leigh Fermor. Recorrió a pie el camino entre el Rin y el Danubio a finales de 1933. Las apartadas tierras alemanas por las que anduvo no eran muy distintas a las de antaño aunque algunos detalles revelaban una vaga presencia del nazismo.

► En una colonia experimental de macacos, estudiada por investigadores japoneses, se plantearon distintos problemas prácticos a los simios, como el de alimentarse con patatas o granos de maíz que habían sido mojados o hechos rodar sobre la arena de la playa donde vivían, de manera que resultara difícil o desagradable comerlos. Fue una hembra joven la que resolvió ambos problemas, llevando las patatas hasta el agua de mar y lavándolas en él, o sumergiendo allí mismo los granos de trigo, esperando a que volvieran a la superficie, dado que los granos flotan. (Cavalli Sforza)

► El geógrafo sueco Torsten Hägerstrand (1916-2004), reconocido estudioso de la distribución y diseminación de nuevas tecnologías, llamó la atención sobre la estrecha relación entre el tiempo y el resto de características espaciales. El geógrafo Richard Peet inició en la década de 1990 la publicación de una serie de importantes trabajos que describen las relaciones entre la economía y la geografía.

► Ante la sospecha de que se acerca un tsunami al detectar una repentina bajada del nivel del mar se aconseja alejarse tres kilómetros y medio de la costa o subir a un punto situado a más de treinta metros sobre el nivel normal del mar. Se dispone de tan pocos minutos que subir a un edificio alto puede ser la mejor opción. Allí se debe permanecer durante un tiempo prudencial teniendo en cuenta que el agua llega la mayoría de las veces en una sucesión de varias olas, siendo la primera la que alcanza mayor altura.

► El hallazgo de artefactos de la cultura prehistórica Solutrense (entre 22.000 y 17.000 años) que se han ido encontrando entre la costa cantábrica y el norte de Portugal no continúa en la zona de las Rías Baixas. Seguramente habría un corredor por los valles del interior de Galicia que bordearía las sierras orientales, entonces cubiertas por glaciares. Se cree que la zona era visitada por grupos nómadas en verano, que en invierno retrocedían hasa el litoral. Los vestigios seguramente quedaron bajo el mar, que en esa época se hallaba a más de diez kilómetros de la línea actual de la costa.

► A finales de mayo de 2021 pescadores de Yemen, el país más pobre de Oriente Medio, encontraron un cachalote muerto en la costa. Alertados por uno de los pescadores de Seriah, un grupo examina el cuerpo flotante y decide remolcarlo hasta la orilla para cortarlo porque el olor que despide es prometedor. Solo del 1% al 5% de los cachalotes generan ámbar gris. Extrajeron ámbar gris por valor de millón y medio de dólares. Se trata de una sustancia que genera el cuerpo del animal para poder digerir los elementos más duros de su dieta. Desde hace siglos, se utiliza en la elaboración de perfumes y su precio es muy elevado.


[ Inicio | Mar | Documentos | Sociedad | Expediciones | Comunicaciones | Estaciones | Velamen | Vapor | Faros | Dos palos ]