Roma: Fronteras:
Roma vence a Cartago con la ayuda de ciudades griegas en Sicilia, los númidas de Masinisa, tribus ibéricas que cambiaron de bando, Pérgamo y Rodas.
Cartago tenía una forma de expansión agresiva que empleaba mercenarios de comportamiento implacable en los ataques.
La diplomacia de Roma ganó gobernantes extranjeros adeptos prometiendo mayor estabilidad, protección militar y mayor autonomía de gobierno.
Tras las tres guerras púnicas Roma obtuvo la posesión o control de Sicilia, Cerdeña, Córcega, la Península Ibérica, Numidia y el territorio magrebí de Cartago.
En el 96 a.C. el rey Ptolomeo Apión de Egipto lega a la República de Roma la Cirenaica, que se convierte en provincia romana.
En el 53 a.C. el ambicioso general Craso reúne siete legiones en Siria para lanzar su campaña contra los partos.
Cruza el Éufrates, abandona la margen del río, se desplaza por zona abierta y recibe una severísima derrota.
El rico Craso careció de genio militar para estar a la altura en su afán de rivalizar con Julio César y Pompeyo.
En el 36 a.C. Marco Antonio pretende resarcir a Roma de la derrota de Craso y pierde 10.000 legionarios.
Pasados unos siglos los sasánidas volverían a devastar las legiones romanas contumaces en el empleo de tácticas equivocadas en extensas zonas de terreno abierto.
En el 19 a.C. las legiones de Augusto vencen en las guerras Cántabras y se avanza en la construcción de la calzada hasta la ciudad y puerto de Brigantium [A Coruña].
En las columnas que registran los Hechos del Divino Augusto se incluyen expediciones militares a la Arabia Feliz y a Nabata (cerca de Meroe, Etiopía).
En tiempos de Augusto una flota llegó a la península de Jutlandia, aunque no consta que explorase el Báltico (Mare Suevicum).
En la mentalidad del guerrero germano estaba muy imbuída la lealtad al jefe de clan y al jefe de tribu.
En el 6 d.C. el reino organizado por Marobodo, líder de los marcomanos, alcanza su máximo poder militar.
En el 9 d.C. el desastre militar que supuso la Batalla del Bosque de Teutoburgo supone el fin de los planes de expansión romana a gran escala.
Arminio no consigue afianzar la alianza militar germana por las rivalidades tribales entre queruscos, marsos, catos y brúcteros.
En el 17 d.C. Marobodo y Arminio se enfrentan militarmente en una batalla sin claro ganador.
Roma apoya al noble godo Catualda que vence militarmente a Marobodo y lo aparta del poder.
Más allá del limes se construyeron importantes campamentos militares que iban acumulando a su alrededor el asentamiento de numerosos civiles.
El intercambio comercial entre romanos y germanos, considerado un método de pacificación, adquirió una dimensión importante.
Entre Panonia y Dacia, al sur de los Cárpatos, existió un corredor en el que Roma permitía el asentamiento de diversos pueblos germanos, como los cuados, gépidos, ostrogodos y lombardos.
Era una zona de confluencia de migraciones y los permisos de asentamiento obedecían a preferencias de seguridad.
Por la llanura panónica se desplazaron pueblos germanos presionados por la migración desde el este de otros pueblos como godos y más tarde hunos.
En el 62 d.C. Nerón envía a Crimea [Quersoneso Táurico] guarniciones para proteger la zona de incursiones escitas.
En el 79 d.C. las legiones del general Gnaeus Julius Agricola llegan a territorio de Escocia [Caledonia].
El terreno montañoso, sin oro, plata ni extensiones agrícolas invitaba muy poco a hacer sacrificios en vidas de legionarios.
Los guerreros pictos combatían las disciplinadas formaciones de legionarios con emboscadas, ataques sorpresa y rápidas retiradas.
En el 84 d.C. la Legión XII del emperador Domiciano llega a la orilla oeste del mar Caspio. Es una zona que no llegó a controlar por incursiones de los partos.
La Sarmatia Asiatica (noresde del mar Negro) estaba desprovista de asentamientos de población y no se establecieron guarniciones romanas.
Roma podía importar pescado y cereales a través del reino cliente del Bósforo sin arriesgar la vida de miles de legionarios enfrentados a guerrillas a caballo.
En el 114 d.C. Trajano incorpora la provincia de Armenia, que pronto pasaría a ser un reino bajo influencia romana.
El emperador Adriano (76 d.C.-138 d.C.) mandó a construir una magnífica residencia en Tívoli, a las afueras de Roma.
El conjunto puede ser considerado como un recordatorio de sus viajes, aspecto incluido en las reflexiones de la novela de Yourcenar Memorias de Adriano (1951).
Muchos de sus edificios se inspiraron en la arquitectura de los lugares que visitó.
El canopus recibe su nombre del canal Canopus de Egipto.
El largo período de la Pax romana amplió notablemente las posibilidades de movilidad de los viajeros.
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