Submarinos alemanes
IGM


La guerra submarina (1914-1918):
En 1914 la Royal Navy contaba con 86 submarinos y la Reichsmarine con 25. La mayoría de ellos contaba con motores de vapor generado por caldera de petróleo para la navegación en superficie y se desplazaban en inmersión con motor eléctrico. En 1909 se empezó a emplear el motor diesel y a introducir el sistema Walter. Los alemanes adoptan una táctica menos pasiva y en vez de esconderse a la espera del paso de buques se desplazan para buscarlos. En septiembre de 1914 el U-21 hundió al crucero inglés Pathfinder, hecho que determinó la marcha atrás de la Grand Fleet. El U-9 hunde tres cruceros acorazados y tres meses más tarde los alemanes dan comienzo a su campaña submarina contra el tráfico mercante aliado.

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El perfeccionamiento técnico en la construcción de los U-boote cambió la forma de la contienda -que se tuvo que centrar en la guerra submarina-, el derecho internacional y la moral de los pueblos. Admitir armas que impiden el auxilio de los náufragos fue un gran cambio en la mentalidad de la gente. La opinión pública alemana pedía la guerra submarina sin restricción. La idea de la guerra submarina contra el comercio provino de los comandantes de submarino alemanes a partir de 1915. Lo que veían a través de sus periscopios era realmente tentador y resultaba que el encadenamiento inhumano iba unido a la lógica de guerra. Esta forma de guerra revolucionaba la moral. Los náufragos respetados ayer, eran despreciados hoy. La sucesión de decisiones con valor estratégico conducía finalmente a este drama. El 11 de noviembre de 1914, el almirante Fisher, Primer Lord Naval, declaró como zona de guerra el mar del Norte e instituyó canales obligatorios para los países neutrales hacia Holanda y Escandinavia, con escala de visita obligatoria en Inglaterra. Al mismo tiempo, no sólo las zonas costeras, sino también los lugares más recónditos recibieron campos de minas. El mar del Norte era un teatro privilegiado para este género de guerra gracias a su escasa profundidad. La primera teoría de la guerra contra el comercio sin restricción era la emitida por el almirante Von Ingenhol, comandante en el mar del Norte en 1915, después que sus aliados hubieran declarado a los víveres como contrabando de guerra. (Brossard)

    "Inglaterra quería reducir a nuestro pueblo por el hambre, se situó de esta manera por encima de todo derecho de gentes... ejerciendo legítimas represalias demandando por todos los medios la guerra... Deberían emplear el submarino y hacerlo según su naturaleza. Más enérgica será la guerra y antes veremos su fin... la gravedad de la situación exigía que se liberaran de todo escrúpulo".(Von Ingenhol)

Esta posición era fundamental y sería respetada hasta el final de la guerra. Planteaba el principio de que el submarino no puede, por su propia naturaleza, plegarse a las reglas habituales de defensa al reconocimiento y salvaguardia de las vidas humanas. El U-53 hundió a 6 barcos en la costa americana en 1916. El U-38 hizo una campaña similar en Madeira. En diciembre hundió al cañonero francés Surprise, al Kangourou, transportador de submarinos; al telégrafo Dacia, y bombardeó Funchal. El 26 de septiembre el U-52 hundió al Suffren en la costa portuguesa. En enero de 1915 el Káiser sustituye al prudente en exceso Friedrich von Ingenohl por Hugo von Pohl al frente de la Marina Imperial. El 7 de mayo de 1915 el torpedeamiento del gran transatlántico Lusitania con 1.100 víctimas civiles estuvo a punto de precipitar la intervención de EE.UU. en la guerra. El 18 de enero de 1916 Reinhard Scheer sustituye a Von Pohl como Comandante de la Flota de Alta Mar. El 23 de febrero de 1916 el Káiser aprueba el memorando de Scheer para utilizar la flota de una forma más agresiva. A partir de junio de 1916 las pérdidas en unidades de la Reichsmarine ocasionadas en la batalla de Jutlandia hacen que Scheer adopte planes de ataque más contenido. Se restringen las salidas de buques alemanes y se evitan los enfrentamientos directos convencionales. En enero de 1916 el transatlántico Celtic transporta tropas a Egipto.

Dönitz. Combatiente y planificador del rearme Submarino alemán U-14 Buque de guerra francés Surprise Summarino alemán U-38

1917:
La guerra submarina sin restricción se reanudó en febrero de 1917. Durante los primeros meses la pérdida de tonelaje es catastrófica. Jellicoe advierte que "estamos a punto de perder la guerra". En abril de 1917 uno de cada cuatro buques que salieron de las islas británicas fue hundido por submarinos alemanes. Los aliados perdieron cerca de un millón de toneladas de buques, ingleses en un 60%, durante este mes, en que los hundimientos alcanzaron su cifra máxima. Los marinos mercantes ingleses que sobrevivían, volvían a hacerse a la mar con enorme coraje. Se aumentó el esfuerzo en la construcción naval, se endurecieron las normas de racionamiento y se incrementó la producción interior de artículos escasos. El gobierno desarrolló la construcción naval, racionó el alimento e incrementó la producción nacional de artículos; con todo, la situación empeoraba. En vano multiplicó la Marina los medios existentes para combatir a los submarinos.

Refuerzo de los aliados con EE.UU. (abril 1917):
El 1 de enero Berlín comete el error de pasar una nota a su embajada en México con una propuesta de ataque a EE.UU., que fue interceptada. Alemania no acertó a calcular los efectos de la opinión pública escandalizada ni la aceleración del rendimiento de la industria de guerra norteamericana. El 9 de marzo fueron armados los barcos de comercio norteamericanos. El 2 de abril de 1917 los EE.UU. declaran la guerra a Alemania por el torpedeo de tres mercantes, dos años después del hundimiento del Lusitania. En agosto de 1917 los aliados pueden disponer de 1.700.000 toneladas de cargueros enemigos capturados en los EE.UU. A partir de finales de 1917, año en que se pierden 114, la construcción de U-boote se hace menor que las pérdidas.

Adopción del sistema del convoy (mayo 1917):
Las nuevas normas de navegación se tuvieron que imponer tras requisar la flota mercante ante la resistencia de los armadores. La mayor parte de los miembros del Almirantazgo se oponían a agrupar los barcos, incluido el primer lord, Jellicoe. Lloyd George estaba convencido de su conveniencia y llevó muy lejos la defensa de su opinión. Visitó el Almirantazgo y advirtió de antemano que se proponía consultar a los oficiales que estimara conveniente, de cualquier rango. Se sabía que muchos oficiales jóvenes estaban a favor de la idea del convoy. Forzando las cosas el Consejo Superior de la Marina admitió estar dispuesto a intentar la experiencia. El primer convoy partió de Gibraltar el 10 de mayo. En septiembre las pérdidas inglesas habían descendido a 200.000 t al mes, y las pérdidas en convoyes se redujeron a un 1% escaso. La contraofensiva fue reforzada con cazasubmarinos especiales, aviones y nuevos tipos de minas, que aumentaron las pérdidas enemigas. A fin de año la amenaza había sido dominada en gran parte. Se concentraron centenares de cargueros ordenados en líneas de frentes con varias columnas, acompañados de torpederos y cruceros, zigzagueando en pasajes peligrosos según los esquemas secretos ordenados por el comodoro, y por algunas patrullas de aviones. La eficacia de las medidas antisubmarinas pudo ser comprobada con el paso del tiempo. El campo de minas más grande de la historia hasta aquellas fechas era la llamada Barrera del Mar del Norte, que todavía no estaba del todo terminada al finalizar las hostilidades. Los ingleses y americanos colocaron, respectivamente, en aquella ocasión 16.000 y 56.760 minas del tipo Mark VI. El plan perseguía establecer una barrera antisubmarina de 370 km de longitud entre Escocia y Noruega. Este campo produjo en la moral de las dotaciones de submarinos alemanes un efecto desolador y provocó la pérdida de varios sumergibles y el deterioro de otros. En 1917 el transatlántico Celtic chocó con una mina en la Isla de Man. Murieron 17 personas y su enorme estructura permaneció a flote. El barco Slieve Bawn pudo rescatar del mar a algunos supervivientes. El valioso buque de la White Star fue remolcado a la bahía de Peel y reparado en Belfast.

1918:
En marzo el U-77 torpedeó al Celtic en el mar de Irlanda. Murieron seis personas pero se mantuvo a flote y fue remolcado a Liverpool. En abril la construcción de barcos aliados supera las pérdidas. En junio llegan minas americanas que refuerzan la barrera de la bahía alemana y crean una inmensa, de los Orcades a Bergen, colocando 100.000 minas. Modernos acorazados norteamericanos refuerzan la Great Fleet y se despliegan destructores y dragaminas por Europa. El 11 de agosto Scheer fue ascendido a Jefe del Estado Mayor Naval y Franz von Hipper le sucede como comandante de la Flota de Alta Mar. El ambicioso plan de construir cientos de U-boote no puede llevarse a cabo por falta de recursos. Cuando la flota se concentraba en Wilhelmshaven mientras se preparaba un arriesgado golpe final sin importar las pérdidas, los marineros se amotinaron.

Rendición alemana:
En julio de 1918 el mariscal Foch apuró una ofensiva que produjo una desorganización acelerada alemana, una sublevación en Kiel y la abdicación de Guillermo II. Inglaterra se vió tan apurada navalmente que exigió la desaparición de la marina alemana. Las cláusulas del Armisticio fueron muy severas. Entregó todos los submarinos armados y destruyó el resto. Entregó en puertos ingleses 6 cruceros, 10 acorazados, 8 cruceros ligeros, 50 torpederos y desarmó en Alemania otros barcos. Los U-boote alemanes fueron entregados en puertos aliados, 124 en Inglaterra y 48 en Francia. las pérdidas de los países aliados y neutrales en sus flotas mercantes se elevaban a 12.850.000 toneladas de barcos, de las cuales 7.830.000 eran de Inglaterra, 907.000 de Francia, 853.000 de Italia y 389.000 de los EE.UU. En 2013 en las costas sur y este de Gran Bretaña se descubrieron a menos de 15 metros de profundidad los pecios de 40 U-boote hundidos por la Royal Navy. Entre ellos se encuentran el UB-17, con una tripulación de 21 hombres que comandaba el teniente Albert Branscheid. El UC-21 comandado por Werner von Zerboni di Sposetti tenía como misión sembrar de minas las aguas británicas. La mayoría de los pecios encierran los cuerpos de sus tripulantes.


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