MAR
Tiburones
Evolución



Tiburón Tiburones: Evolución:
Los tiburones, peces que componen los tres superórdenes Escuatinomorfos, Escualomorfos y Galeomorfos de la clase Condrictios, sombras en el mar de nuestras pesadillas, depredadores solitarios de rapidez aterradora, cuestionadores de la importancia darwiniana de la inteligencia, han estado en la Tierra durante 350 millones de años. Empezaron como pequeños cladodontos de cuerpo rígido en el período Devónico tardío, después radiaron y mantuvieron una gran diversidad en los mares de todo el mundo hasta el principio del período Pérmico. Por aquella época, hace 290 millones de años, declinaron hasta un nivel de diversidad bajo que duró 100 millones de años. Los supervivientes se recuperaron, se expandieron por segunda vez y, de alguna manera, pasaron completos a través del gran espasmo de extinción al final de la Era de los dinosaurios. En la actualidad son al menos tan diversos como siempre han sido. Vistos a una cierta distancia (la aleta y el dorso enturbiando la superficie del agua durante un angustioso momento, y después la vaga forma de torpedo deslizándose a aguas más profundas), los tiburones puede que no parezcan diferir mucho de una especie a otra, con excepción del tamaño. En realidad, las 350 especies que se encuentran en el mundo varían muchísimo, tanto que es obligado extender la definición misma de la palabra tiburón; hemos de inferir su origen común a partir de los rasgos de la anatomía interna con el fin de colocarlos todos en el mismo grupo. La radiación arcaica de los tiburones está marcada por diferencias entre las especies mucho más notables que las que se dan en las radiaciones todavía jóvenes de pinzones de Darwin y los cíclidos del lago Victoria. Es tentador pensar que la edad ha afinado sus especializaciones, los ha enfrentado a más competidores, ha extinguido a un número más elevado durante períodos más largos de tiempo, y ha producido un grupo de especies contemporáneas generalmente más resistente y más duradero. Si alguna vez ha habido un tiburón prototípico en la imaginación popular, con la mayor probabilidad éste ha sido el tiburón tigre (Galeocerdo cuvieri), el gran pez al que a veces se ha llamado el gran cubo de basura del mar. Los tiburones tigre, que alcanzan los 6 metros de longitud y pesan hasta una tonelada, son atraídos con frecuencia a los puertos, donde consumen casi cualquier cosa de buen tamaño que siquiera sugiera proteína animal. Del estómago de tales ejemplares se han recuperado peces, botas, botellas de cerveza, bolsas de patata, carbón, perros y partes de cuerpos humanos. Un gigante al que se hizo la disección contenía tres abrigos, un impermeable, un carnet de conducir, una pezuña de vaca, las astas de un ciervo, doce langostas sin digerir y una jaula de gallinas que todavía tenía en su interior plumas y huesos. Los tiburones tigre son comedores de hombres de manera casual, con lo que quiero indicar que capturan bañistas no adrede, sino de modo fortuito, como parte de su dieta católica.

Barracuda No ocurre lo mismo con el jaquetón o gran tiburón blanco, Carcharodon carcharias, afamada máquina de matar y que, con el cocodrilo de agua salada y el tigre de Sundarbans, es el último depredador experto del hombre que todavía vive en libertad. Los jaquetones son sin duda los animales más aterradores sobre la faz de la Tierra: veloces, implacables, misteriosos (nadie sabe de dónde vienen ni adónde van) e impredecibles. Son, según mi opinión, que reconozco que es emocional, los verdaderos poseedores de la areté de los tiburones, la esencia de la tiburoneidad. Son más enteramente depredadores y menos carroñeros que los tiburones tigre, y consumen una amplia gama de peces óseos, otros tiburones, tortugas marinas y (y éste es el rasgo característico en lo que concierne a los seres humanos) mamíferos marinos tales como las marsopas, focas y leones marinos. El mejor lugar para encontrar a Carcharodon charcharias en aguas frías, alrededor de las colonias de focas y otarios, como las que se encuentran en las islas del Farallón, de California, y en el Dangerous Reef, en aguas de Australia del sur. Los jaquetones son peligrosos por la sencilla razón de que no consiguen distinguir claramente entre los mamíferos marinos y los nadadores humanos. Los buceadores con trajes de caucho y los nadadores en tablas de surf, tendidos pronos con los brazos extendidos, son imitaciones más que pasables de focasy leones de mar. El tiburón ve lo que cree que es la silueta de su presa familiar, curiosea durante unos momentos , se decide y carga contra el nadador a velocidades que llegan a superar los 40 kilómetros por hora. En el último momento gira los ojos hacia atrás para protegerlos del impacto. Abre completamente su enorme boca, levantando la cabeza para extender hacia delante las fauces circundadas de dientes, y muerde con fuerza durante un segundo. Después espera a que la víctima se desangre hasta morir. En este intervalo, mientras nada en círculos en las inmediaciones, con frecuencia, las víctimas pueden ser rescatadas y transportadas a lugar seguro sin demasiado peligro para los rescatadores. (E.O.Wilson)

Tiburón ballena Tiburones planctófagos:
Recorren los océanos pausadamente recogiendo plancton para alimentarse. El tiburón pregrino (Cetorhinus maximus) puede superar los trece metros de longitud; el tiburón ballena (Rhincodon typus) alcanza los veintrés y es el pez más grande de cuantos pueblan el océano. Es tolerante y no teme al hombre. Durante el viaje de Thor Heyerdal a bordo de la Kon-Tiki uno de estos enormes escualos se restregó contra la embarcación, probablemente para librarse de parásitos.

Tiburón boquigrande [Megachasma pelagios]:
Es casi seguro que hay especies desconocidas de tiburones nadando por estos mares. Es probable que algunos sean muy grandes. Baso esta conjetura en el tiburón boquigrande o boquimacho (Megachasma pelagios), descubierto en 1976. El primer ejemplar fue izado desde aguas profundas frente a Hawai por la marina de Estados Unidos después de que se enredara en un paracaídas de carga que se utilizaba como ancla flotante. Tenía casi 5 m de largo y pesaba 750 Kg. Para sorpresa de la marina y, a la vez, de los ictiólogos consultados, era distinto a cualquier otro tiburón visto hasta aquel momento. Desde entonces se han encontrado otros cuatro individuos de la misma especie. Dos de ellos fueron capturados en trasmallos en aguas de California, y los otros dos fueron arrastrados a la costa, uno en Japón y el otro en Australia occidental. El boquigrande es tan distinto en anatomía de todos los tiburones previamente conocidos que ha sido colocado en una familia taxonómica propia, los Megacásmidos. La más sorprendente de sus características son unas fauces enormes, que se emplean para captar agua y filtrar copépodos, camarones, eufauciáceos y otros pequeños animales planctónicos de los que se alimenta. Así, pues el boquigrande se encuentra en el mismo gremio ecológico que el tiburón ballena, al igual que el enorme peregrino.

Tiburón peregrino [Cetorhinus maximus)]:
De los mares septentrionales. Su cuerpo es cilíndrico y blanco, sus ojos pequeños y sus movimientos rígidos y lentos. Huye hacia aguas profundas ante la menor perturbación. Su mandíbula superior y su paladar están recubiertos por una capa plateada iridiscente, posiblemente un depósito de guanina o de otro material de desecho reflectante. Cuando el ejemplar de Los Angeles se enredó en un trasmallo, investigadores equipados con escafandras de inmersión pudieron implantarle transmisores en el cuerpo y seguirlo en el mar durante dos días. en este período el tiburón navegó de 10 a 15 metros por debajo de la superficie por la noche y descendió a 200 metros durante el día. Esta migración vertical es típica de especies de la capa reflectante profunda, las densas concentraciones de organismos, detectables mediante el sonar, que se desplazan primero arriba y luego abajo a lo largo de cada ciclo de 24 horas. La inmersión profunda del boquigrande durante el día y su comportamiento tímido y huidizo explican quizá por qué esta especie tardó tanto tiempo en ser descubierta. (E.O.Wilson)


Los condrictios, peces cartilaginosos:
Son peces con esqueleto cartilaginoso sin zonas de osificación, aunque pueden presentar algunos puntos impregnados de caliza. Su cráneo está formado por una pieza; no existen soldaduras aparentes, y la cola es dificerca y heterocerca. La primera hendidura branquial es un espiráculo; las escamas son diminutas y placoideas, y los huevos son grandes, con abundante vitelo. Esta clase agrupa a cinco órdenes: los cladoseláceos, los pleurocantodios, los bradodontios, los holocéfalos y los seláceos. de los tres primeros sólo existen formas fósiles. Los holocéfalos son peces que tienen las hendiduras branquiales cubiertas por un opérculo; en cambio, no existen cloaca ni espiráculos. La aleta dorsal se inicia hacia la parte delantera y posee una fuerte espina; la cola es alargada, en forma de látigo; cada mandíbula tiene una gran placa de dientes, y los adultos carecen de escamas. Los seláceos presentan las branquias en hendiduras separadas a los lados de la faringe, y un espiráculo detrás de cada ojo, y además disponen de cloaca. Son todos marinos e incluyen unas doscientas cincuenta especies vivientes que se agrupan en escualos y batoideos. Los primeros tienen cuerpo esbelto, fusiforme; presentan en la región dorsal una o dos aletas, mientras que la anal puede faltar o estar bien desarrollada, y las aletas pares ofrecen siempre la parte de arranque más estrecha que la distal. Actualmente, algunos escualos abisales se encuentran en todos los mares, si bien prefieren las aguas cálidas y templadas.

Los batoideos:
Los batoideos se diferencian claramente de los escualos por su cuerpo deprimido, y por las aletas pectorales, tan grandes, que llegan a veces hasta el hocico. las abdominales, que se insertan detrás de las pectorales, son aplastadas y de forma y tamaño muy variables, produciendo en los machos los órganos copuladores. Sus movimientos son lentos, viven en zonas profundas sobre el fondo y se alimentan de peces e invertebrados. Existen algunas formas dulceacuícolas en la India, china y golfo de México. Los batoideos agrupan a las rayas y a los torpedos; las primeras se distinguen por tener las aletas pectorales extendidas a los lados de la cabeza, y unidas por delante. Ambos grupos presentan las hendiduras branquiales en la cara ventral del cuerpo, por lo que también se les denomina hipotremas. En ellos, la locomoción no se realiza por movimientos transversales del cuerpo, sino por ondulaciones de las aletas, en dirección anteroposterior. Los torpedos están protegidos por órganos eléctricos que derivan de las placas motoras de la musculatura visceral; se trata de unos agregados de prismas, orientados dorsoventralmente, formados cada uno por agregación de electroplacas.


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