Egipto
Arqueología



Egipto y el más allá:
El descubrimiento del Libro de los Muertos, fruto del saqueo de una tumba, supuso una fuente considerable de información. Compila un conjunto de cánticos y fórmulas para asegurar que el alma atraviese la sala del juicio y se conserve después de la muerte. Fue publicado en 1842 por el egiptólogo alemán Karl Richard Lepsius. Cuando se establece la costumbre entre la nobleza y los altos funcionarios de preservar sus cuerpos y depositarlos entre objetos preciosos, la arqueología añadió una importante fuente de material de estudio. Las tumbas fueron asaltadas y expoliadas en una gran medida, pero algunas preservaron objetos de gran importancia. El empleo poco productivo de ricos materiales en los enterramientos se vio paliado con su posterior reincorporación a la economía mediante el robo. Durante el reinado de Ramsés II la ciudad de Tebas, capital del Imperio Medio y del Imperio Nuevo, llegó a ser la mayor ciudad del mundo. El relato histórico del sacerdote Manetón no se ha conservado pero sí la transcripción hecha por otros de su lista de reyes divididos en dinastías.

Bajo el Imperio Nuevo Nubia fue prácticamente una prolongación de Egipto. Todos los hallazgos arqueológicos de ese período son de tipo egipcio. En el 661 a.C. el asirio Asurbanipal saquea Menfis y Tebas y pone fin a la dinastía nubia. El dominio asirio sobre Egipto termina pronto en un repliegue porque su extenso territorio es asediado por numerosos enemigos. Su capital Nínive sería conquistada en el 612 a.C. y el imperio se desmorona rápida y definitivamente. Cuando los caldeos ponen fin al sitio de Tiro y llegan a un acuerdo se inicia un período de paz. Las luchas anteriores costaron a Israel la destrucción del Templo y un penoso exilio. Tras la desaparición del belicoso caldeo Nabucodonosor, muerto en el 561 a.C. una expedición de demostración de fuerza fue enviada a amedrentar a los nubios. El contingente mercenario griego dejó sobre los muros de Abu Simbel toscas grabaciones como testimonio de su paso. Cambises de Persia, sucesor de Ciro el Grande saqueó Tebas de camino a Nubia, pero una revuelta dinástica le obligó a volver a su reino.

Alejandría:
En tiempos de Alejandro finaliza la dominación persa de débil Darío III, sucesor de Artajerjes III, muerto en el 338 a.C. Alejandro penetra por las defensas de Pelusio pero los egipcios no le hacen frente. En el 331 a.C. Cleomenes se encarga de la construcción de Alejandría, que se convierte en capital administrativa mientras decaen Menfis y Tebas. Absorbió la actividad comercial de Naucratis y tras la destrucción de Tiro pasa a ser el centro comercial del Mediterráneo oriental. Cuando Julio César con 6.000 hombres perseguía a Marco Antonio tuvo que refugiarse en la isla de Pharos, y durante un enfrentamiento la biblioteca de Alejandría sufrió considerables daños. Marco Antonio compensó a Cleopatra con el contenido de la biblioteca de Pérgamo, territorio entonces bajo su control.

Los Ptolomeos:
Ptolomeo se apoderó del cuerpo del semidiós Alejandro y lo trasladó a Menfis. Para afianzar su dinastía hizo matar al excelente gestor Cleomenes, que administraba un próspero Egipto sin ningún título. Cuando Ptolomeo V alcanzó la mayoría de edad una proclamación rutinaria quedó grabada en griego y en dos modalidades de egipcio en un trozo de basalto negro. Esta inscripción, la Piedra de Rosetta, se recuperó justamente dos mil años después y sirvió de clave para el conocimiento de la historia antigua de Egipto. En el 88 a.C. la ciudad de Tebas se rebeló y Ptolomeo VIII la sitió durante tres años y la saqueó tan severamente que la ciudad no llegó a recuperarse. El último monarca ptolemaico, Ptolomeo el Mauritano, fue llamado a Roma por Calígula en el año 41 y allí fue ejecutado con un pretexto y con el fin de que su fortuna pasase a manos del emperador. Era nieto de Cleopatra y Marco Antonio e hijo de Cleopatra Selene y Juba.

Tumba de Tutankamón (1922):
Descubierta prácticamente intacta a pesar de que casi todas las tumbas del Valle de los Reyes habían sido saqueadas mucho tiempo atrás. Tras las invasiones de los Pueblos del Mar y la muerte de Ramsés III (1138 a.C.) se suceden en el poder los débiles reyes ramésidas. En esos años todas las tumbas de Tebas fueron saqueadas excepto la de Tutankamón. Durante la séptima campaña de búsqueda, tras haber gastado 25.000 libras aportadas por Lord Carnavon, Howard Carter hizo un último intento. Encontró un escalón intacto de una tumba bajo los escombros de unas cabañas de obreros que habían trabajado en la construcción de la tumba de Ramsés VI. De la tumba del rey niño, casi intacta, se extrajeron 5.000 objetos. El estudio del ADN de la momia de Tutankamón (2010) demostró que era hijo de Akenatón y nieto de la reina Tiya. Tutankamón pertenece a un haplogrupo que comparte sólo el 1% de la población actual de Egipto pero que posee el 50% de los europeos y el 70% de los españoles.

Valle de los Reyes en Luxor:
Situado en pleno desierto entre colinas rocosas escarpadas al oeste de Tebas, capital religiosa y política del Imperio Nuevo. Ramsés XI construyó la última tumba aunque se desconoce si la llegó a utilizar. Hasta hoy se han descubierto 62 tumbas, que fueron creadas para conservar las momias de los faraones durante toda la eternidad. Se sitúan en las profundidades del terreno semejando al averno, con un pasillo descendente que conduce a una antesala conectada a una cripta. Las imágenes que decoran las paredes están inspiradas en el Libro de los muertos, el Amduat y la Letanía de Ra, y servían como guía hacia la otra vida. Joyas lujosas, rollos de papiro, enseres, objetos rituales, estatuas de dioses y efigies del rey se depositaban como ofrenda a los dioses.

Templo de Karnak:
Conocido como Ipet-Isut por los antiguos egipcios. Se le atribuía la expresión el lugar más perfecto. Construido en Tebas durante mil quinientos años durante el Imperio Medio (hacia 1900 a.C.). Se inició con la construcción del templo de Amón. Sobrevivió como el mejor ejemplo de la arquitectura de la época. Era el templo más grande jamás construido. La sala hipóstila contiene 134 columnas que miden desde 15 a 21 metros de altura. Las columnas son tan anchas que hacen falta seis adultos para rodearlas y se estima que 50 personas podrían situarse sobre ellas. La sala estaba cubierta, permitiendo una mínima entrada de luz entre las densas columnas, entre las que debía de haber grandes estatuas de los faraones. El conjunto era el principal coentro de culto a la santísima trinidad tebana (Amón-Ra, Mut y Jonsu), la residencia de los faraones, el centro administrativo y económico, que ofrecía empleo a decenas de miles de trabajadores, convirtiéndolo en el centro neurálgico de la zona. El acceso a sus muros santificados estaba vedado excepto para los sacerdotes y el séquito real.

Se considera a Diodoro Sículo (siglo I a.C.), por delante de Tucídides, el que sigue en importancia a Heródoto en el estudio de Egipto.

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