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El vapor La Palma



Vapor La Palma El vapor La Palma:
El vapor "La Palma" pertenece en la actualidad al Cabildo Insular de Tenerife, por donación de la familia Flick, anterior propietaria del buque, que se lo había ofrecido a otros organismos y entidades para salvarlo del desguace. Al final fue la primera Corporación tinerfeña quien aceptó hacerse cargo del correíllo para transformarlo en Museo de la Navegación Canaria, según acuerdo plenario del 12 de febrero de 1986. Seis días después de la adopción de este acuerdo, que facultaba al presidente del Cabildo, José Segura Clavell, para aceptar la donación del buque, se creó una comisión compuesta por los consejeros Manuel Bethencourt, Pedro Lasso, Ricardo Tavío y Melchor Núñez para encargarse específicamente del asunto. Y el día 21 del mismo mes se firmó, en Las Palmas de Gran Canaria, la escritura de adquisición del barco, ante el notario Díaz Lamana. La transmisión del dominio del vapor "La Palma" acaparó la atención política y social de las islas, ante la negativa del entonces alcalde de Las Palmas, Juan Rodríguez Doreste. En la capital grancanaria se constituyó la Asociación de Amigos del vapor "La Palma", que trató de evitar a toda costa que el veterano buque saliera de su enclave, sumándose a ello varias corporaciones políticas de la isla y otras representaciones. Al final, el día 13 de marzo y a remolque del Tamarán", en buenas condiciones meteorológicas, el vapor La Palma" inició su última singladura, enrolándose para el mando del buque, de modo simbólico, el capitán José Bastida Tirado y a media tarde arribó a la bahía tinerfeña en medio de una emotiva expectación. Posteriormente quedó amarrado junto al "syncrolift" de NUVASA y, al día siguiente, fue fuesto en seco, acometiéndose los trabajos iniciales de acondicionamiento externo y otras reformas internas. El cambio político tras la celebración de elecciones hizo que acrecieran las críticas entorno al gasto que supondría poner en condiciones el vapor "La Palma" y, desde entonces, el histórico buque se encuentra en las instalaciones de NUVASA, a la espera de acontecimientos. El astillero, en cualquier caso, no contempla la posibilidad de desguazarlo. Una vez aprobado el proyecto de infraestructura para su emplazamiento (28 de mayo de 1986), la presidencia solicitó de la Junta del Puerto la concesión administrativa correspondiente para situar al vapor "La Palma" en el puerto de Santa Cruz y, el 22 de julio siguiente, el Pleno del Cabildo acordó la firma de un convenio con la Junta, en la que ésta se comprometía a pagar la ejecución de las obras comprendidas en el proyecto de infraestructura ya mencionado, por un importe -entonces- de 21,7 millones de pesetas. En relación con el acondicionamiento del buque, se han dado los siguientes pasos: El 22 de julio, se resolvió el concurso de ideas para la decoración del buque, otorgando el premio a la decoradora Kristina Vandeputte. El 15 de septiembre se contrató con NUVASA la limpieza de espacios de máquinas y dos días después el de reparación de exteriores. El 21 de noviembre lo fue el de los trabajos de limpieza de bodegas. Los estatutos del Patronato del Museo de la Navegación se aprobaron, inicialmente, por el pleno del Cabildo el día 15 de octubre y, de modo definitivo, el 23 de diciembre siguiente, formando parte de este Patronato los siguientes miembros:

Cinco representantes del Cabildo Insular de Tenerife.
Un representante de la Junta del Puerto.
Un representante de la Escuela Superior de la Marina Civil.
Un representante de CajaCanarias.
Un representante del CIT de Santa Cruz de Tenerife.
Un representante de la Cámara Oficial de Comercio, Industria y Navegación.
Un representante de la Asociación de Consignatarios de Buques.

Vida marinera:
El 5 de mayo de 1912 llegó de Santa Cruz de Tenerife, por primera vez, el vapor "La Palma". La construcción de este buque, así como la del "León y Castillo", se había concertado con los astilleros de Leith y se plantó la quilla con el número 192. En abril de 1912 se entregó a sus armadores, tras verificar satisfactoriamente las pruebas de mar, alcanzando una velocidad media sostenida de 11 nudos. En aquella época, el vapor "La Palma", al igual que sus compañeros de flota, tenía el puente abierto y el casco pintado de negro -posteriormente lo tendría blanco, luego gris y finalmente negro- y llevaba dos lanchas "caleteras" para las faenas en los embarcaderos de las islas menores. En 1918, cuando la falta de carbón, el vapor "La Palma", junto a sus gemelos "Viera y Clavijo" y "León y Castillo", fue fletado a armadores peninsulares, quedando el servicio interinsular a cargo de los tres pequeños del tipo "Gomera-Hierro". Así permanecieron hasta que terminada la guerra y restablecido el envío de carbón a los puertos canarios, los tres gemelos regresaron al archipiélago. En poco más de tres años, el vapor "La Palma" saltó a primera página de los periódicos insulares como consecuencia de auxiliar en tres casos a otros tantos buques que se encontraban en situación crítica. Así, en diciembre de 1930, auxilió al cañonero "Uad Ras", de la Marina de Guerra española, varado en los bajos de Cala Fuster, en Fuerteventura. En septiembre de 1931 remolcó, junto con el "Fuerteventura", al vapor "Tordera", que, a unas 200 millas al Norte de Tenerife, estaba al garete con averías en el eje de cola. Por último, en febrero de 1934 pudo poner a flote al pesquero "Pedro", varado en las proximidades de Cabo Juby. Militarizado al producirse el 18 de julio de 1936, el vapor "La Palma" fue artillado para su autodefensa y clasificado como transporte de guerra, aunque volvió al servicio ordinario en 1938. Junto al "León y Castillo" transportó tropas regulares desde Santa Cruz de la Mar Pequeña (Ifni) a Vigo. Con la vuelta de la paz, el "La Palma" volvió a cubrir de nuevo las rutas interinsulares y, a renglón seguido, con la Segunda Guerra, los costados se pintaron con los distintivos de la neutralidad.

Vapor La Palma Modernización:
Con el retorno de la paz mundial, el vapor "La Palma fue sometido a obras de gran carena destacando la que finalizó en octubre de 1950, ya que además de proceder a un total remozamiento del buque, se transformó la maquinaria para el consumo de carburante líquido en sustitución del carbón mediante el emplazamiento de quemadores de petróleo, logrando así una mayor economía en el consumo y mayor velocidad, evitando además, las penosas faenas del carboneo. También se mejoró la habilitación con duchas y baños en varios camarotes, ya que en origen sólo disponía de unos armarios con palanganas y jarras para agua. Con el brisote de los alisios, el vapor "La Palma" se escoraba a la banda de estribor y, con buen penacho de humo sobre su estela, cubrió las rutas interinsulares entonces en el intenso peregrinar por los pequeños puertos de las islas, desembarcaderos naturales ante las dificultades de las comunicaciones terrestres. A bordo, en sus entrañas, la máquina alternativa latía en resoplidos de vapor y en la cubierta, sobre el castillo, los repiques de la campana llamaban a las maniobras y a los relevos de guardia. Llevaba casi medio centenar de tripulantes debido a las necesidades de carga y descarga. Fondeaban cerca de la costa, con varios grilletes de cadena en el agua y las faenas de pasaje y mercancía se realizaban con las lanchas "caleteras", en las que se cargaba todo, incluso camellos, como ocurrió en la costa de Africa. El vapor "La Palma" permaneció en activo por espacio de 64 años, es decir, hasta marzo de 1976, fecha en la que fue retirado del servicio después de una grave avería en una de sus calderas, hecho que ocurrió en el puerto de Arrecife. En octubre siguiente fue subastado y del atraque que ocupaba en el muelle de Santa Catalina pasó a los astilleros de ASTICAN. Luego, desprovisto de la hélice, fue llevado a remolque al muelle deportivo del puerto grancanario. Al causar baja en la flota, Trasmediterránea lo vendió en poco más de dos millones de pesetas a la familia Flick. El correíllo fue amarrado en el citado emplazamiento el 24 de marzo de 1977. Un problema lega malogró los planes de su adquiriente, pues no existía figura jurídica alguna que permitiese que al barco, como elemento flotante, se le aplicase una concesión administrativa, por cuyo motivo no pudo verificar ninguna inversión pública ni privada. Los gastos de mantenimiento del viejo vapor fueron incrementándose progresivamente y su propietario, incapaz de mantener por más tiempo una pieza de museo tan poco rentable, estuvo dispuesto a venderlo para desguace. Surgieron iniciativas que no cristalizaron y, al final se produjo el ofrecimiento del Cabildo tinerfeño.

Ficha técnica:
Registro bruto 894 toneladas
Registro neto 514 toneladas
Peso muerto 546 toneladas
Eslora total 67,09 metros
Eslora e.p.p. 64 metros
Manga 9,15 metros
Puntal 5,95 metros
Calado máximo 3,68 metros
Equipo propulsor: Una máquina alternativa. Triple expansión. 700 caballos
Velocidad 11 nudos
Pasajeros 190

Juan Carlos Díaz Lorenzo. 100 años de Vapores Interinsulares Canarios

Viajes a islas menores:
[...] En aquellos años [años cincuenta], el único medio de transporte entre las islas era el correíllo. Estos barcos de vapor unían las islas. [...] No sé con seguridad qué correíllo fue, pero las posibiliades no eran muchas: el León y Castillo, el Viera y Clavijo, o en el correíllo La Palma. Normalmente salían a las 11 ó 12 de la mañana de San Sebastián y llegaban a las siete o a las ocho de la tarde a Santa Cruz de Tenerife, dependiendo de la marejada que hubiera. Había tres viajes a la semana, tres días para allá y tres días para acá, uno de ellos era Tenerife-La Palma, La Palma-La Gomera y después a El Hierro. Eramos tercermundistas. José Luis [León] no olvida que cuando murió su abuela en Tenerife, "mi padre [Aniceto León Expósito] quería, como era lógico, venir a ver a su madre y asistir al entierro en La Orotava", dice. "Coincidió con que el mar estaba malo y no había correíllo para ir a Tenerife. Lo tuvo que hacer en una falúa que alquiló para ir desde San Sebastián a Alcalá, al sur de Tenerife y así llegar a tiempo al entierro de la madre". En los sesenta un billete para viajar en el correíllo "nos costaba cinco duros". La tripulación y los camareros de los correíllos "portaban unos uniformes elegantísimos. Estos barcos recordaban a los vapores que recorrían el Missisipi", anotan. "Te avisaban con una campana a la hora de la comida y había un departamento que llamaban el fumadero, porque era la zona en que los señores se ponían a fumar. Con la campana se avisaba a los visitantes de que abandonasen el barco, porque iba a comenzar la salida". Existían cuatro clases de billetes: primera, segunda, tercera y cubierta. Viajar de La Gomera a Tenerife era toda una aventura en aquellos tiempos. (Domingo J.Jorge)


Necesidad de apoyo (mayo 2006):
Ahora más que nunca el correíllo La Palma necesita el apoyo de todos para salvarse de su desaparición. Las obras más importantes de restauración del buque ya han comenzado. La reparación de la obra viva del barco, financiada íntegramente por el Cabildo Insular de Tenerife y valorada en casi 1,4 meuros, permitirán al legendario vapor La Palma volver a tocar el mar, ese mar Canario que durante casi 65 años surcó ininterrumpidamente, uniendo nuestras islas y sus gentes. Ahora más que nunca, la Fundación Canaria Correíllo La Palma necesita el apoyo e implicación de todos para con seguir los fondos necesarios para continuar hasta el final la restauración definitiva del buque. Instituciones públicas, empresas privadas, personal a titulo individual el apoyo de todos, permitirá a la sociedad canaria que en un futuro no lejano puedan disfrutar nuevamente de un bien Patrimonio Industrial y Etnográfico, único en su clase en todo el territorio nacional. Ahora más que nunca, desde la Fundación queremos hacer un llamamiento a otras muchas instituciones a las que hemos presentado nuestro proyecto de restauración, que nos han manifestado su interés y que aún no han podido hacer efectivas sus aportaciones para que ayuden a mantener vivo este proyecto que ya comienza ser una realidad. Sin esas aportaciones será imposible continuar los nuevos trabajos de reparación pendientes de financiación. A las empresas privadas y personas a título individual les invitamos a integrarse y colaborar, en la medida de sus posibilidades, con este proyecto que beneficiará a toda la sociedad canaria. Es mucho el trabajo y la inversión que ya se ha acometido. Todo el mobiliario de la biblioteca y el Museo del buque (financiado a través de un proyecto europeo Interreg IIIB), reparación del molinete y maquinillas, la reparación de la máquina alternativa de vapor del buque y de la obra viva que está en marcha, etcétera, pero es mucho también el esfuerzo que queda por hacer. Disponemos de una página web (www.correillolapalma.com), actualizada permanentemente para poder ofrecer el pasado, la actualidad y el futuro del buque. Una vez a flote, continuaremos con las reparaciones atracados al muelle de Santa Cruz, acondicionando la maquinaria, interiores, equipos de propulsión y gobierno, sistemas de navegación y seguridad, tratamiento de superficies, carpintería, etcétera, lo que supone conseguir en torno a 4 meuros para, su finalización. Hemos puesto en marcha vías de participación de muy diversa índole y adaptados a todas las condiciones. Un programa de apadrina miento permite a las empresas colaborar con la adquisición de equipos nuevos que será necesario instalar a bordo, con la consiguiente desgravación fiscal por ser aportaciones a instituciones sin ánimo de lucro y con el reconocimiento publicitario vitalicio a bordo del buque de su aportación. Para las instituciones públicas, a cambio de sus aportaciones, se ofrecen convenios de colaboración a través de los cuales la Fundación se compromete a ofrecer los servicios del buque y su presencia en los distintos puertos y radas de las Islas para que los vecinos del municipio o institución en cuestión puedan disfrutar in situ del viejo vapor, ya renovado con su museo y en navegación. A título individual, como miembros benefactores, las personas pueden canalizar sus ayudas al proyecto a cambio de importantes beneficios futuros en el uso y disfrute del buque, sus viajes y sus servicios. En definitiva, pedimos colaboración y ofrecemos dedicación absoluta, como venimos haciendo desde hace 10 años, para poner a disposición de la sociedad canaria un buque construido en 1912, pieza única del Patrimonio Industrial y de la Navegación en Canarias que aún se puede conservar para que las sociedades presentes y futuras en tiendan un poco mejor nuestro pasado y nos guíen un poco mejor en nuestro futuro. El correíllo La Palma, con su museo, biblioteca, sala de conferencias, sala de exposiciones, cafetería, restaurante, navegando a vapor con su máquina alternativa de vapor de triple expansión y visitando todos los puertos y embarcaderos de las Islas, a buen seguro marcará un antes y un después en el respeto de Canarias a su Patrimonio y, por ende, a su pasado. Este es un proyecto de todos y entre todos y, si nos lo proponemos, podremos alcanzarlo, si fracasamos, será un fracaso colectivo al respeto a nuestro pasado. Si desea contactar con nosotros, puede realizarlo a través de nuestra página web: www.correillolapalma.com o bien dirigirse a nuestra oficinas en el pabellón Insular Santiago Martín, oficina 1.5, calle Las Macetas sin, Los Majuelos. (38108) La Laguna. Número de teléfono: 922843451. (Juan Pedro Morales Chacón, Presidente de la Fundación Canaria Correíllo La Palma)


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