Armas nucleares
Limitación y desarme



Armas nucleares: Limitación y desarme:
El exceso de armas nucleares que aseguraba la destrucción mutua, el esfuerzo económico que conllevaba y el riesgo de una guerra accidental condujeron a que, desde los años sesenta, en plena Guerra Fría, EE.UU. y la URSS decidieran limitar la carrera de armamentos. Influyó también la conveniencia, desde un punto de vista propagandístico, de mostrarse más dispuesto al desarme que el rival, así como la necesidad de desarrollar nuevas armas que hacían innecesarias parte de las disponibles. En 1961 entra en servicio el misil Polaris UGM-27, para ser lanzados desde submarinos y capaces de alcanzar objetivos de pequeñas dimensiones con gran precisión. En 1962 entra en servicio el misil balístico intercontinental Minuteman, capaz de alcanzar ciudades de la URSS. En 1963 se firma el Tratado de Moscú sobre el control y disminución de las pruebas nucleares en la atmósfera. En 1963 se acuerda suministrar misiles Polaris a la Royal Navy. La instalación del teléfono rojo (1963) durante los años de distensión tuvo el valor simbólico de demostrar que se podían alcanzar resultados positivos. En 1965 entra en servicio el Minuteman II, con una precisión mejorada que le permitía destruir silos de misiles enemigos y eludir misiles antibalísticos (ABM). En 1968 se firma el Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares.

A partir de 1972 se van sustituyendo los misiles Polaris por los Poseidon con capacidad MIRV. Las conversaciones SALT conducirán a la firma del Tratado de Moscú (1972), por el que ambos países aceptaban una serie importante de limitaciones en su armamento estratégico. Un año después las dos superpotencias firman un acuerdo sobre la prevención de la guerra nuclear. Y en 1974 dos acuerdos sobre la limitación de experimentos nucleares subterráneos y para limitar por diez años el número de misiles y de bombarderos capaces de llevar ojivas nucleares y el número de proyectiles con cabezas múltiples. La tensión renace con la caída del gobierno pronorteamericano de Indochina (1975) y la invasión soviética de Afganistán (1979). La política belicista y de rearme nuclear iniciada por Reagan (1981) con ampliación de nuevas tecnologías como los misiles intercontinentales M-X; militarización nuclear del espacio, despliegue de misiles intercontinentales Minuteman III en suelo norteamericano (1982) agravó la tensión con la URSS, a la vez que se intensificaron los roces en las guerras convencionales. Se iniciaron en Ginebra las conversaciones START (1982) que no prosperaron tras la muerte de Brezhnev y su sustitución por Andropov: a las exigencias norteamericanas de reducción de SS-20 se oponían los soviéticos, con la pretensión de que se incluyeran las fuerzas nucleares de UK y Francia. El planteamiento ya real de desarrollar la doble decisión de la OTAN hizo que 1983 fuese el año de discusión sobre los euromisiles, cuya aceptación por RFA motivó la retirada de la URSS de las conversaciones START, tras la interrupción de las paralelas sobre limitación de armas nucleares de alcance intermedio (I.N.F.), a la vez que se suspendían sine die las que desde hacía más de diez años mantenían en Viena EE.UU. y la URSS sobre reducción de fuerzas convencionales (M.B.F.R.). Quedó el comité de desarme de la ONU mientras internacionalmente se urgía al acuerdo tras los incidentes del Boeing surcoreano (1983) y el choque entre los submarinos soviético y norteamericano (1984). Se reanudaron las conversaciones M.B.F.R. de Viena y se potenció el comité de desarme de Ginebra (discusión sobre armas químicas), a la vez que se desplazaban los misiles de UK, Italia y RFA y del pacto de Varsovia (RDA y Checoslovaquia). Durante la década de 1980 los misiles Poseidon van siendo sustituidos por los Trident I.

A pesar de las fuertes protestas australianas y neozelandesas Francia anunció en 1983 la reanudación de las pruebas nucleares en Mururoa. En 1972 el velero Greenpeace actuó contra las pruebas nucleares francesas en Bikini. En 1998 las pruebas nucleares realizadas por Pakistán le acarrean diversas sanciones internacionales. Ningún país del G8 ratificó el Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares (TPNW). En 2023 China dispone de un arsenal de 350 ojivas nucleares, muy por debajo de Rusia (4.477) y EE.UU. (3.708). Pero podría alcanzar hacia 2035 unas 1.500 ojivas, según Washington. La declaración conjunta de los países del G7, que instaba a Pekín a participar en los tratados de no proliferación (mayo 2023) afirmaba que la acumulación acelerada de China de su arsenal nuclear sin transparencia ni diálogo significativo plantea una preocupación para la estabilidad mundial y regional.

Se iniciaron unas Conversaciones para la Limitación de Armas Estratégicas (SALT), que fraguaron en los acuerdos SALT I en 1972 (en esencia el Tratado ABM, por el que se comprometían a no desarrollar defensas antimisil) y los SALT II en 1979, por los que se establecían limitaciones para los misiles balísticos intercontinentales lanzados desde tierra (ICBM) y desde el mar (SLBM). En octubre de 1990 el territorio de la OTAN se amplía con la integración de la RDA en la RFA. El 31 de julio de 1991 se firmó entre ambas superpotencias el Tratado de Reducción de Armas Estratégicas (START I), mediante el cual las cabezas nucleares desplegadas quedaban limitadas a 6.000 en un máximo de 1.600 ICBM, SLBM y bombarderos, para cada superpotencia, lo que representó la eliminación de casi el 80% de las armas nucleares estratégicas existentes en aquellos momentos. En 1992, con la firma del «Entendimiento Mutuo» entre los presidentes Bush y Yeltsin, Rusia debía poner fuera de uso y eliminar las lanzaderas de los misiles intercontinentales SS-18 y SS-19 de ojivas múltiples, considerados el arma definitiva de disuasión y los más temidos por EE.UU., pues podían alcanzar su territorio. Por su parte, Washington reduciría a la mitad los misiles de ojivas múltiples en los submarinos. El 3 de enero de 1993 el presidente ruso, Boris Yeltsin, y su homólogo norteamericano, George H. W. Bush, firmaron el Tratado START II. El Senado de EE.UU. lo ratificó en enero de 1996; por el contrario, la Duma bloqueó su ratificación durante varios años en protesta por las acciones militares norteamericanas en Irak y Kosovo y por la ampliación de la OTAN a los países del Este. En octubre de 1993 los ministros de Defensa de los países de la OTAN deciden crear la Asociación para la Paz. Mediante la firma de un documento marco un grupo muy heterogéneo de países tiene un nuevo marco de reunión e intercambio de propuestas sobre seguridad. Incluye a los países europeos occidentales, Irlanda, Suiza, Malta, Suecia y Noruega. Comparten el mismo foro Rusia, Serbia, Ucrania, Georgia, Moldavia y lejanas repúblicas exsoviéticas como Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán, Turkmenistán, Uzbequistán. En diciembre de 1995 Javier Solana es nombrado secretario general de la OTAN. En julio de 1997 Wesley Clark es nombrado comandante supremo de la OTAN en Europa. En marzo de 1999 una nueva ampliación de la OTAN incorpora Hungría, Polonia y la República Checa. El START II prohibía el uso de cabezas múltiples MIRV en los ICBM, de tal modo que el número máximo de cabezas nucleares quedaba limitado a 3.500 unidades para cada una de las partes en el año 2000 o 2003, dependiendo de la economía rusa. En total, se desmantelarían unas 15.000 cabezas nucleares del total de 21.000. El tratado permitiría una reducción progresiva en los dos años siguientes hasta restablecer los niveles de los años sesenta. Al igual que el START I, el nuevo acuerdo no preveía la destrucción de las armas, sino de los misiles utilizados para su lanzamiento. La demora del Parlamento ucraniano en ratificar el START I constituyó un gran obstáculo para la puesta en práctica del START II. Las garantías ofrecidas a Ucrania para que accediera a renunciar a su arsenal nuclear no se cumplieron. Su historia particular da a entender que renunciar a las armas nucleares que poseía le valió una larga serie de calamidades cuando su territorio fue invadido. Con los años, el tratado perdió relevancia y ambas partes perdieron interés. EE.UU. quería modificar el Tratado ABM para permitir el desarrollo de un sistema de interceptación de misiles balísticos (conocido popularmente como la Guerra de las Galaxias), a lo que Rusia se oponía. En el año 2000, la Duma aprobó finalmente el tratado, dando un paso simbólico para intentar preservar el Tratado ABM, cosa que EE.UU. no haría. En 2002 se firmó en Moscú otro Tratado para la Reducción de Armas Estratégicas Ofensivas (SORT) entre los presidentes George W. Bush y Vladímir Putin que reemplazaría oficialmente al START II. En marzo de 2004 una nueva ampliación de la OTAN incorpora a Bulgaria, Eslovaquia, Eslovenia, Estonia, Letonia, Lituania y Rumania. Años después se incorporarían Croacia, Albania (2009), Montenegro (2017) y Macedonia del Norte (2020). Para lograr la eliminación total de las armas nucleares en el planeta, la ONU ha creado la Comisión Preparatoria de la Organización del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares (OTPCE en español / CTBTO en inglés). El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) es un foro intergubernamental con sede en Viena para la cooperación científica y técnica en materia de utilización de la energía nuclear con fines pacíficos.

Como paso previo a la invasión de Irak (2003) varios servicios de seguridad de EE.UU. y Reino Unido confeccionaron informes sobre el programa nuclear de Sadam que contenían información errónea fruto de lo que muchos interpretaron como intención de engañar a la opinión pública interna y a la comunidad internacional. En 2011 Kim Jong Un accede al poder en Corea del Norte y el programa de armas nucleares de Pyongyang y el desarrollo de misiles reciben un renovado impulso. Cuatro de las seis pruebas nucleares realizadas por Corea del Norte se llevaron a cabo bajo el mandato de Kim. El duro tono del Gobierno de Israel sobre el programa iraní de enriquecimiento de uranio hace presagiar que se tomarían medidas radicales para impedir que Irán disponga de armas nucleares.

Invasión de Ucrania (2022):
A principios de la década de 2010 se seguía manteniendo la influencia Rusa sobre Ucrania, país con numerosos rusohablantes. Los intereses rusos en el país se extienden a zonas industriales, bases militares, gaseoductos y relaciones con Moscú de muy larga data. En octubre de 2014 el noruego Jens Stoltenberg es nombrado secretario general de la OTAN. Desde el año 2000 hasta mayo de 2023 miembros del Gobierno de Rusia han mencionado el extenso arsenal nuclear ruso con expresiones que pueden ser interpretadas como amenazas, un total de 58 veces. Biden afirma que una vez detectados los planes rusos de invadir Ucrania advirtió directamente a Putin que en caso de invasión la respuesta de asistencia sería de enormes dimensiones y con consecuencias económicas sin precedentes. El 28/02/2022 se produce un incendio en un edificio de la central nuclear de Zaporiyia debido a un ataque ruso. El 04/03/2022 tropas rusas se hacen con el control de la central de Zaporiyia. Se empleó para su toma una columna con 10 vehículos blindados y 2 tanques. Un proyectil de gran calibre perforó un muro exterior del reactor número 4 y un proyectil de artillería impactó en un transformador del reactor número 6. El relato del Ministerio de Defensa ruso culpa falsamente a las tropas ucranianas en retirada del bombardeo de las instalaciones. El 12/03/2022 Rusia anuncia que la gerencia de la planta pasa a esta en manos de Rosatom. La OIEA puede monitorear a distancia los ajustes de los reactores que ordena Rosatom. La detención por parte de tropas rusas de personal ucraniano con puestos clave de la central entra en la definición de secuestro. El 03/09/2022 una delegación de la OIEA visita la planta y comienza la elaboración de un informe sobre daños causados por los bombardeos. La planta está en territorio declarado como anexionado y Rusia entiende que se trata de una posesión propia. China, India y Turquía se pronunciaron claramente en contra de que Rusia recurriera a las armas nucleares estratégicas en territorio de Ucrania. Responsables del Departamento de Defensa de EE.UU. repitieron que Rusia entraría en una situación considerablemente peor si decidiera emplear armas nucleares estratégicas. Mostraron mucha confianza en que Rusia no daría ese arriesgado paso. Los misiles hipersónicos lanzados contra territorio ucraniano están diseñados para portar ojivas nucleares.

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