Inicio
Ella Fitzgerald




Ella Fitzgerald:
Ha sido la voz cimera del jazz durante medio siglo de su historia, y los analistas dados a la grandilocuencia la llamaron siempre Primera Dama con bastante fundamento. Al margen de las preferencias personales resultaba imposible sumergirse en la música de este periodo sin quedar seducido por la refrescante garganta de Ella Fitzgerald, que como escribe Frank Ténot, se ocupó de todo el repertorio de la canción americana. A Tisket A Tasket era la canción estelar de un disco que acompañó muchas emociones de mis años adolescentes. Ella, Miles, Benny Carter y Gillespie eran los dueños de la música de los cuatro álbumes que me hicieron amar el jazz cuando era un alevín de rockero. El círculo se cerró en 1983, cuando pude verla en el Festival de Vitoria-Gasteiz, con el fuelle agotado y sus infinitos resortes disminuidos. No era mi Ella pero podía reconocer su imagen, su prodigiosa dignidad. Era una reina cansada que acudía a la llamada de mis recuerdos, de los de muchos, con su aliento residual. Enseguida enfermó y, cuando, hace dos años, Natalie Cole destruyó, en ese mismo Festival, mi canción de juventud, casi vomito de rabia al caer en la cuenta de que Ella aún estaba en algún lugar de la tierra sin poder enmendar la plana a la niñata necrófila. El amplio registro de su voz era asombroso, pero a mí me cautivaba sobre todo la caricia excitadora de su timbre, el calor inefable de su modo de contar la frases, la delicadeza imposible de su «scat».

Tuvo los mejores compañeros, Oscar Peterson, Tommy Flannagan, Duke Ellington, Count Basie, Joe Pass, y su padrino fue desde casi siempre Norman Granz, un hombre que se quedó en una época pero hizo de ella un edificio muy bien cimentado. Con Ella el artificio improvisado parecía tan natural como la cosa escrita, porque lo que cuidada era el toque, porque mimaba los versos y nos los entregaba en papel de regalo. Los compositores estadounidenses de todas las cataduras han sido visitados por la cantante, y sus versiones eran siempre las ejemplares, tanto si se trataba de Gershwin o Cole Porter, como si eran Rodgers y Hart, o Kern los afectados, llevaba mucho tiempo preparándose para morir, quizás porque su época había terminado. Y también un poco la nuestra porque puede que nunca se nos presente otra «ella» como Ella. (Xabier Rekalde)

Se convirtió en estrella del jazz y directora de banda casi de la noche a la mañana. La colección The Chronical contiene sus frescas y relajadas interpretaciones de los primeros años, que abarcan desde que tenía 16 años hasta que inició su carrera de solista a los 23. Su producción durante esos años fue muy variada: una mezcla de jazz inventivo y canciones cómicas de sonido más anticuado.


Diana Krall:
Esta cantante y pianista canadiense con aspecto de diva del pop e incluso sex symbol, comienza su singladura musical a muy temprana edad. Su padre, pianista de stride y coleccionista de discos, influyó de forma determinante en su carrera. Abierta a todo tipo de influencias musicales, lo cual se refleja en el eclecticismo de sus últimos álbumes, alejados de la vertiente jazzística de sus primeras entregas. Una pianista aceptable, fijó su mirada en dos figuras relevantes en el ámbito del jazz: Hank Jones y Jimmy Rowles, asistiendo a las clases de que impartió este último; su carrera discográfica comienza en el año 1993, con un disco de título Steppin Out para el sello Justin Time, una grabación en trío. En el año 1999 con el álbum When I Look in your eyes (para el sello GRP) gana el Grammy a la mejor vocalista de jazz, además obtiene cierto éxito con el tema Why Should I Care perteneciente a la película de Clint Eastwood True Crime; esta canción aparece como Bonus Track en el disco When I Look in your eyes. En el año 2001 graba para el sello Verve The Look Of Love, una introducción perfecta a su producción discográfica;la portada del disco con una atractiva Diana, da paso a diversos géneros musicales como son la balada, bossa nova e incluso el bolero, interpretados estos con maestría por la Krall y aderezados con la participación de la London Symphony Orchestra. La voz sensual e intimista de esta mujer brilla con luz propia. (Miguel Angel Linares)

Nat King Cole (1917-1965) fue un pianista de estilo muy elegante, con un swing flexible y ligero. Inventó y desarrolló el concepto moderno de trío de piano-guitarra-contrabajo, en el que cada músico puede expresarse en igualdad con los otros. Este concepto influirá en Ahmad Jamal y Oscar Peterson. Ray Charles siempre reconoció su gran influencia como pianista y cantante.

B.B.King (1925):
Huérfano a los 9 años, tiene que ponerse a trabajar en las plantaciones y su única escuela será la iglesia, donde pronto formará su propio cuarteto vocal. Con 20 años canta por las calles de Memphis, aprendiendo a tocar la guitarra con Bukka White y Robert Lockwood, y haciéndose popular como disc-jockey en una emisora de radio localcon el apodo de B.B. (Blues Boy). En los 50 recorre EE.UU. con un grupo inspirado en el de T-Bone Walker (con una amplia sección de metal). Tuvo mucho éxito con Three O'clock Blues y Sweet Black Angel. Canta con una mezcla de hechizo y discreción. Bastante del estilo de preaching y alguna influencia de los crooners.

Hay personas para las que el blues es casi sagrado. Pero hay otras que no lo entienden. Y cuando yo no consigo hacérselo entender, lo paso muy mal.

Tiene [T-Bone, 1910-1975] una forma muy extraña de sostener la guitarra. La coloca horizontalmente ante él, en vez de dejarla sencillamente pegada al estómago... y parece que sólo está paseando la púa por las cuerdas, al punto que no só cómo se las apaña para acertar... y sin embargo ¡vaya toque! He hecho de todo para conseguir ese sonido. He estado cerca, pero nunca lo he alcanzado. T-Bone es el primer guitarrista que he escuchado... y es el sonido más bello que he oído en mi vida. (B.B.King)


Improvisación de jazz:
● Los músicos de jazz no se despachan con sonidos aleatorios; la banda empieza por establecer una melodía que será la base de todo cuanto venga a continuación. Así, cuando el trompetista o el pianista se van por su lado y tocan encima del estribillo dos, tres, quince veces, cada una de un modo diferente, oímos esas improvisaciones, esos cambios, contra nuestro recuerdo de la melodía original. En gran parte ese recuerdo da sentido al solo: empezamos por allá y el músico nos ha traído hasta acá. (Thomas C.Foster)

Musicals | Música | Wolfgang Rihm


[ Indice | Billie Holiday | Jazz Modal | Jazz | Menú Cine ]