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Fósiles



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Hallazgos recientes de gran importancia:
En Sudamérica se encontraron en la primera década del siglo XXI importantes restos fósiles de nuevas especies de dinosaurios. Entre los fósiles que Darwin trajo del Nuevo Mundo a bordo del Beagle estaban los huesos de un Megaterio en excelente estado. En 1760 Georges de Buffon sugirió que la Tierra podía tener setenta y cinco mil años. Los geólogos que estudiaban la estructura de las capas de la corteza desechaban la idea predominante de que la Tierra apenas tenía seis mil años. Poco antes de zarpar (1831) Darwin había leído el libro de Charles Lyell sobre las teorías de Hutton, y había quedado impresionado. Lamarck murió en 1829 tras haber recibido un reconocimiento muy escaso. Sus ideas transformacionistas habían sufrido serias críticas por parte de Cuvier, que defendía las suyas desde una posición científica más sólida. Darwin realizó un importante estudio sobre la formación de atolones de coral. Los corales aparecen en el periodo Ordovícico, que comenzó hace 510 millones de años, tras el Cámbrico. Los animales característicos del Ordovícico son los graptolitos, pequeños hemicordados coloniales (con una estructura anatómica precursora de la espina dorsal), y los primeros vertebrados, unos peces primitivos. Darwin estudió rocas formadas por estromatolitos y realizó la primera descripción científica de ellas, simplemente un tipo de roca caliza (toba). Interpretó su origen como un proceso puramente químico o geológico, en vez de uno de naturaleza biológica. Cuando en 1908 el geólogo alemán Ernst Kalkowsky acuña el nombre de estromatolito, pretende describir su estructura en capas. Sugirió que su formación no era un proceso puramente geológico. Hasta 1950 no se reconoce su aspecto de proceso biológico de importancia trascendental para la vida en la Tierra. La expulsión de oxígeno como desecho de su proceso fotosintético cambiaría radicalmente la atmósfera terrestre.

Fósiles:
El contenido de El origen de las Especies fue cuestionado por la ausencia de restos fósiles de individuos que mostrasen elementos de transición durante la transformación de una especie en otra. Para que se logre la preservación y hallazgo de fósiles debe cumplirse un gran número de condiciones ideales que convierten el hecho en algo escaso y singular. La acción de la bacteria del botulismo, que contamina mortalmente la carne de los cuerpos sin vida de animales, explica algunas agrupaciones de fósiles. Otra conformación que puede encontrarse con frecuencia es la disposición de huevos de dinosaurios en los nidos donde eran incubados por sus progenitores. Estos huevos eran la codiciada presa de algunos animales especializados en el asalto a nidos sin vigilancia. En 1578 se construye el Pont Neuf, proyecto del arquitecto Cerceau. Como en el caso de otros puentes de París se emplea Caliza de Lutecia, que a menudo contiene fósiles de gasterópodos. Nuevas técnicas de estudio de fósiles han aportado gran número de datos sobre, pigmentación, estructura de alas, heridas producidas por predadores, temperatura corporal, venenos defensivos y desplazamiento en tierra, aire y agua. Con la Explosión Cámbrica aparecen organismos que se alimentan de las capas de microbios, limitando drásticamente la capacidad de los estromatolitos para formarse. Habían sido la causa de la formación de arrecifes durante el Precámbrico (hace 3.500 - 540 millones de años). Durante el Fanerozoico (los últimos 500 millones de años) los corales evolucionaron y ocuparon ese mismo nicho ecológico. En la década de 1970 el estudio de los fósiles experimentó un renovado impulso con el estudio de los fitolitos que se encuentran en el interior de los coprolitos. Las plantas, para defenderse de la acción de los herbívoros, generan en su interior diminutas estructuras de sílice que tienen una forma característica distinguible. En la década de 1980 arqueólogos y paleontólogos comenzaron a aplicar masivamente el análisis de fitolitos. En 2005 se publica un estudio identificando la evidencia más antigua (70 millones de años) de la existencia de gramíneas.

A finales del Cretácico (66 millones de años) un evento catastrófico acabó con la vida de un enorme número de vegetales y animales (asteroide de Chicxulub). En el estrato que marca el límite entre el período Cretácico y el Paleógeno (límite K-Pg) quedó una fina capa de hollín y carbón presente en todo el mundo. Se produjo por fuego a escala planetaria. El reinicio ecológico, con destrucción masiva de los bosques, dinosaurios hervíboros e insectos polinizadores, concedió a las gramíneas ventajas cruciales. Tras el evento K-T (más conocido hoy como K-Pg), que pone fin al Mesozoico, el polvo y hollín suspendidos en la atmósfera y aerosoles de azufre bloquearon el paso de la luz dificultando la fotosíntesis de plantas y plancton marino. Las temperaturas de la superficie se desplomaron. Las simulaciones sugieren caídas de más de 20°C, sumiendo al planeta en un invierno oscuro y gélido. El impacto generó un gran aumento de los niveles de CO₂. Se unió a la quema de la biomasa de los bosques la vaporización de las rocas ricas en carbonato (caliza) del lugar del impacto en Yucatán. Durante miles de años generó un duro efecto invernadero. Desapareció el 75% de las especies del planeta. Los amonites, a pesar de su increíble éxito y diversidad durante millones de años, no consiguieron superar las nuevas condiciones de falta de luz y acidificación del agua. Las nuevas condiciones fueron demasiado adversas para sus larvas, que formaban parte del zooplancton de la superficie. La lluvia ácida disminuyó el pH de las aguas superficiales del océano y sus conchas de aragonito se deterioraban con una rapidez irremediable. Los amonites se alimentaban de crustáceos, bivalbos, peces, cefalópodos, carroña, y algunas de sus especies capturaban plancton. El vacío ecológico que dejaron fue ocupado por calamares, pulpos, sepias, nautiloideos y peces con aletas espinosas. Entre los que mejor se adaptaron al nuevo entorno estaban las especies de tiburones de aguas profundas. Las gramíneas, que no necesitan insectos para su polinización, poseen rizomas bajo la tierra y crecen desde su anclaje al suelo, se expandieron por tierras despejadas de vegetación.

Hace unos 180 millones de años el supercontinente Gondwana, que incluía lo que hoy son Australia, la Antártida, África y Sudamérica, comienza a fragmentarse. Hace unos 85 millones de años Australia comienza a separarse de la Antártida, un proceso lento de unos pocos milímetros al año. Hace unos 35 millones de años de completa la separación de Australia. Al crearse el Océano Austral rodeando la Antártida comenzó a circular la Corriente Circumpolar Antártica, lo que llevó al enfriamiento de la Antártida y la formación de su capa de hielo. El aislamiento térmico de la Antártida tuvo efectos en el clima a nivel global. Al reducirse la cantidad de agua fría que fluía hacia el norte se intensificó el gradiente de temperatura entre los polos y el ecuador. Durante el Pleistoceno Australia albergaba una gran variedad de animales gigantes: marsupiales, canguros, lagartos de 6 metros de longitud, aves de casi 2 metros de altura y el león marsupial (Thylacoleo carnifex).

Restos fósiles de Argentina:
Un importante yacimiento es el del sur de Salta, Argentina. El saltasaurius loricatus (1980) del Cretácico superior, era un hervíboro con el lomo cubierto de placas óseas. El Argentinosaurus huinculensis, hallado en la provincia de Neuquén, vivió en el Cretácico Medio (98 millones de años). Es el dinosaurio hervívoro más grande de los hallados hasta el momento. Medía 40 metros, pesaba 100 tn, y su largo cuello alcanzaba los 12 metros. Una de sus vértebras mide 1,70 metros. En 1996 se descubre un yacimiento con nidos y huevos al sur de la provincia de Río Negro. Pertenecían a titanosauros del Cretácico Tardío (de unos 70 millones de años). El lugar de puesta era comunitario y los progenitores acudían con alimento para las crías. A finales del Cretácico (94 millones de años) Sudamérica era una isla separada de Africa por un estrecho Atlántico y muy alejada de una Eurasia aislada. En 1997 se descubren huevos por primera vez en la formación Río Colorado (Neuquén). Medían 16 cm, tenían forma esférica y pertenecían a sauropodos. El aluvión que cubrió y mató por asfixia a los embriones permitió obtener esqueletos completos que aportan numerosa información morfo-anatómica, incluyendo la piel cubierta de escamas.

A finales del Cretácico (hace unos 70 millones de años) las cordilleras de los Andes y las Rocosas ya habían iniciado el proceso de elevación que continúa hasta hoy. Cuando el aire húmedo del Pacífico se ve forzado a ascender por efecto de las laderas se va enfriando y va perdiendo humedad en forma de lluvia y nieve. Cuando sobrepasa las cumbres y desciende por el lado oriental ha perdido toda su humedad. Las grandes llanuras al este de las Rocosas se vuelven zonas áridas a las que se adapta el bisonte y las gramíneas. El cambio de clima se convierte en un motor de diversificación biológica. La unión del continente americano por el istmo de Panamá bloqueó el paso de corrientes marinas y generó cambios en el clima de vital importancia para la evolución de los homínidos en el continente Africano. Hace 100.000 años (última Edad de Hielo, Pleistoceno) antílopes-cabra de las montañas de Asia culminan su periplo hacia Alaska a través de la zona de Beringia. Buscando el tipo de hábitat en zonas frías similares a las que estaban adaptadas llegan a las Rocosas. Aprovechan en el nuevo medio su capacidad para defenderse trepando en zonas muy escarpadas y su capacidad de alimentarse de vegetación de tundra alpina. En el nuevo lugar disponible desde hacía millones de años, prosperan y evolucionan hasta convertirse en una especie única, Oreamnos americanus.

La llegada de seres humanos en embarcaciones supuso para numerosas islas profundas alteraciones de sus ecosistemas. Cuando llegan los humanos a Chipre hace 11.000 años se extinguen sus elefantes e hipopótamos enanos. Cuando llegan los humanos a Madagascar hace 2.500 años se caza hasta la extinción a muchas especies de gran tamaño. Su animal más grande fue el pájaro elefante (Aepyornis maximus), extinguido hace unos 1.000 años. Llegaba a medir 3 metros de altura y llegaba a pesar 800 kilos. Por la mano del hombre desaparecieron en Madagascar los lémures gigantes, hipopótamos pigmeos, la fosa gigante y las tortugas gigantes.

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