HISTORIA
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Horacio Nelson



Horacio Nelson (1758-1805):
Nació en Burnham Thorpe (Norfolk). Es el más amado de los héroes navales de Gran Bretaña. Dotado de un genio táctico insuperable, del don del mando y de espíritu de servicio a su país. Su padre era pastor en la parroquia de local. Al cumplir 12 años dejó la escuela y se enroló en el Raisonable, buque de vigilancia del río Támesis, que estaba mandado por su tío materno, Maurice Suckling.

    [...] Ya en su juventud había visto mucho mundo. Había realizado una travesía a las Indias Occidentales, más tarde se había unido a una expedición polar que dirigía Constantine Phipps y, por fin, había estado más de dos años navegando en aguas del Lejano Oriente. Su fragata entró en combate a la altura de la costa india con un navío al servicio de Tipu Sahib de Mysore, con el que Gran Bretaña se hallaba en guerra. De vuelta al hogar, enfermo de fiebres, pronto se recobró y fue promovido al grado de teniente (1777). Durante la Guerra de Independencia norteamericana sirvió, en las Indias Occidentales a bordo del Lowestoft y allí obtuvo rápido ascenso. Fue protegido por el comandante en jefe, Sir Peter Parker, y obtuvo el mando de la fragata Hinchingbroke antes de que alcanzara la edad de 21 años. Surcó las aguas de Nicaragua y luchó contra los españoles aliados de los insurgentes norteamericanos. En 1780 volvió de nuevo al hogar enfermo de fiebres; después de una convalecencia en Bath cruzó el Atlántico de nuevo, pero ya no tuvo ulteriores oportunidades de distinguirse antes de la paz. En 1784 le fue otorgado el único mando en tiempo de paz, el de la fragata Boreas. En las Indias Occidentales, él y su amigo de toda la vida, Cuthbert Collingwood, se llegaron a hacer impopulares por interferir el comercio que se realizaba entre las islas y los Estados Unidos, recientemente independizado; un comercio que se venía haciendo en gran escala a pesar de la prohibición de las leyes británicas, Al volver a su casa en 1787, llevaba con él a una mujer, Frances Nisbet, y un hijastro.

    [Enfrentamiento con Francia:]
    En esta casa de Burnham Thorpe vivió casi siempre hasta el estallido de la guerra con la Francia revolucionaria en 1793. Destinado en este año a Nápoles, conoció allí a sir William Hamilton y a su esposa Emma, que tan decisivamente había de influir en su vida. Su ascenso a la fama. Al mando del Agamennon, un navío de 64 cañones, fue enviado al Mediterráneo para servir en la flota que se hallaba bajo la comandancia de lord Hood. Desde entonces se encontraría siempre en acción, bien en alta mar, bien en la costa, hasta el fin de sus días. Perdió la visión del ojo derecho, aunque no el ojo mismo, en el sitio de Calvi, en Córcega, en julio de 1794. Continuó en el Mediterráneo bajo sucesivos comandantes en jefe hasta que la escuadra británica hubo de retirarse al Atlántico debido a la inseguridad de las restantes bases de Gran Bretaña y a los éxitos franceses en todo el continente. En febrero de 1797 le llegó la gran ocasión de distinguirse. En efecto, con el grado de comodoro se halló presente en el combate del cabo de San Vicente, en el que el comandante inglés sir John Jervis ganó un condado por haber derrotado a una fuerza naval española muy superior en número y potencia, y a sus aliados franceses. Nelson jugó un importante papel en la captura de dos de las cuatro presas que coronaron el éxito de Jervis. [aunque fue derrotado al cabo de unos días por la flota española de José de Mazarredo]. Poco después ascendería a contraalmirante por antigüedad y seria ennoblecido. En julio de 1797 perdió su brazo derecho en un infructuoso ataque a Tenerife. (Oliver Warner)

Batalla de Abukir (1 agosto 1798):
Pronto se recuperaría Nelson, y a comienzos de 1798 se haría cargo de una flota independiente enviada a destruir una expedición francesa a Egipto mandada por Bonaparte. Después de una infructuosa búsqueda descubrió a la escuadra francesa fondeada en la bahía de Abukir, cerca de la desembocadura del Nilo y de Alejandría. En el curso de una acción nocturna aniquiló con sus 14 navíos a la casi totalidad de la fuerza francesa. Los 13 navíos franceses mandados por el almirante D'Brueys estaban fondeados en la bahía, pero no lo suficientemente cerca de tierra como para impedir el paso de los barcos enemigos entre ellos y la costa. El plan de Nelson consistió en situar junto a cada buque de la vanguardia francesa dos buques ingleses, uno a cada lado, acción que se conoce como doblar. De esta manera, se aseguraba la concentración de fuerzas en la vanguardia, mientras que los buques franceses de la retaguardia no podrían hacer nada para evitarlo. La batalla comenzó unas pocas horas antes de la puesta del sol. Los buques ingleses se fueron colocando como estaba previsto, fondeando por la popa al lado del buque enemigo asignado una vez que habían llegado a su posición. A medida que iban llegando más barcos ingleses, éstos iban pasando a los buques ingleses ya fondeados por el costado por el que no estaban combatiendo hasta colocarse en el sitio asignado. A medida que iban destruyendo los buques franceses, los buques ingleses avanzaban a lo largo de la línea enemiga, manteniendo siempre la ventaja de dos barcos ingleses por uno francés. "¡Victoria no es un nombre lo suficientemente expresivo para semejante escena!», exclamó Nelson al día siguiente. El ejército francés quedó encerrado en Egipto.

Nápoles se convirtió en base de operaciones de Nelson hasta que regresó a Inglaterra en agosto de 1799 y fue nombrado par de la corona y duque de Bronté por el rey Fernando de Nápoles, a quien había ayudado. El regreso a Inglaterra lo hizo en compañía de sir William y lady Hamilton, que, convertida en su amante, le llevó a separarse de su esposa. A finales de 1800, Emma dio a luz una hija y Nelson hizo las gestiones necesarias para reconocerle la paternidad. El odio Nelson hacia Francia en general y hacia Napoleón en particular era tan intenso como el amor a su patria y a su pueblo: creía que su misión en la tierra consistía en librar a Inglaterra y al mundo de aquel odiado Bonaparte. Estaba persuadido de que su país lograría la victoria decisiva:

    Si somos fieles a nosotros mismos no debemos preocuparnos por ese Bonaparte. (Nelson)

El mismo año de la victoria de Abukir conoció en Nápoles a la hermosa Emma Hamilton, esposa del embajador británico, con quien inició un intenso romance. Lady Hamilton fue en aquel momento para Nelson una amistad con gran influencia política. El almirante fue elevado en 1801 a vizconde y obtuvo de nuevo el mando de la guerra contra Napoleón en el Mediterráneo tras unos años de destinos de segunda importancia.

Herido de muerte en Trafalgar (1805):
El 15 de septiembre de 1805 tomo el mando de la flota inglesa que operaba ante las costas españolas, y el 21 de octubre atacó y venció, frente a Trafalgar a la flota hispano-francesa. Pero ésta fue su última batalla: una bala de mosquete le abatió y murió poco después.

    England expects everyone to do his duty.(Arenga de Nelson en Trafalgar)

El pueblo de Londres le acompañó a su última morada, en la catedral de San Pablo. Los oficiantes y la tripulación de su navío almirante, el Victory, rindieron los postreros honores a su venerado jefe. De hecho aquella ceremonia constituyó una especie de desagravio, pues durante algún tiempo el pueblo y la corte de Inglaterra había menospreciado en cierto modo al héroe por su romance con Lady Hamilton, que le había llevado a separarse de su anterior esposa. Con el tiempo, Gran Bretaña olvidó todo aquello y le convirtió en ídolo nacional. La estatua de Nelson preside desde 1844 la plaza de Trafalgar y su nave principal Victory fue restaurada y permanece en Portsmouth. Era un gran estratega, estaba convencido de que servía a una causa justa, luchaba hasta el final y su consigna era que las acciones más audaces son las mejores. Cuando en la batalla de Copenhague de 1801 recibió la orden de retirada se puso el catalejo en el ojo ciego, declaró no ver nada y prosiguió el ataque.


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