AFRICA
CINE
Memorias de Africa



Out of Africa. Sidney Pollack (1985):
La banda sonora de John Barry:
Desde su memorable comienzo, con las cuerdas en un registro agudo dando entrada a las trompas que expresan la majestuosidad y grandeza del paisaje africano e introduciendo el ya famosísimo tema principal de la película, es evidente que Barry no quiere limitarse a una mera descripción paisajística: intenta también expresar el amor que Karen siente por esa tierra a través de un lenguaje musical deshinibido, brillante y elegante, sin caer en la sensiblería. Es una reacción emocional ante un paisaje más que ese paisaje en sí lo que la música está mostrando: incluso, más adelante, en la escena del safari o en la secuencia en la que Karen sobrevuela Africa en avión, Barry compone hermosísimas piezas descriptivas (que incluyen el uso de coros en la escena del avión) e ilustra el sentimiento de la mujer ante su descubrimiento de Africa desde una nueva perspectiva (no sólo de verda de otro modo, sino por compartirla con el hombre que ama). Ese canto de amor y de sentimiento honesto es descrito por Barry con toda su sensibilidad puesta al servicio de una implicación inmediata del espectador: no es de extrañar que el score fuera criticado en un momento en el que tanto el cine como la música optaban por una mayor contención. (Roberto Cueto)

Out of Africa:
Karen: He even took the gramophone with him on safari. Three rifles, supplies for a month, and Mozart. He began our friendship with a gift. And later, not long before Tzavo, he gave me another--an incredible gift: a glimpse of the world through God's eye. And then I thought, "yes, I see. This is the way it was intended." I've written about all the others not because I loved him less, but because they were clearer, easier. He was waiting for me there. But I've gone ahead of my story. He'd have hated that -- Denys loved to hear a story told well. You see, I had a farm in Africa at the foot of the Ngong Hills. But it really began before that; it really began in Denmark. And there I knew two brothers. One was my lover, and one was my friend. I had a farm in Africa...I had a farm in Africa at the foot of the Ngong Hills. I had a farm in Africa... (Kurt Luedtke, basado en las memorias de Isak Dinesen y el libro de Errol Trzebinski)


El viaje de Karen Dinesen (1914):
El 23 de diciembre de 1912 se prometió la joven de veintisiete años Karen Dinesen con su primo segundo, el barón sueco Bror Blixen-Finecke, de Näsbyholm, en Skane. Muy influidos por los relatos de su tío común, el conde Mogens Frijs, sobre las grandes posibilidades económicas que ofrecía Africa Oriental, decidieron los recién prometidos emigrar a Kenia, luego colonia de la Corona británica, y en 1913 hizo Bror Blixen un viaje a estas tierras para investigar personalmente la situación. Llevó consigo un fuerte capital que la señora Ingeborg Dinesen y su hermano, Aage Westewnholz, habían puesto a disposición de la joven pareja, y enseguida entró en relación con colonos suecos. A los pocos meses Bror Blixen había comprado a su compatriota, el ingeniero Ake Sjögren, la finca Swedo-African Coffe Co. El día 2 de diciembre de 1913 Karen Dinesen abandonó Dinamarca para dirigirse a Kenia, acompañada de su madre y de su hermana menor, Ellen. Cruzaron Europa, hasta Nápoles, de donde saldría catorce días después el barco Admiral de la línea Germano-Africana Oriental. En Nápoles se despidió Karen de su familia.(Frans Lasson)

Compartió viaje con Paul Emil von Lettow-Vorbeck (1870-1964), comandante de la campaña del África Oriental Alemana durante la Primera Guerra Mundial. Con experiencia de combate en la expedición internacional a China para combatir en la rebelión de los Bóxers, iba destinado a los territorios germanos de Africa del Sur (actual Namibia). Se avecinaba un conflicto armado de enormes dimensiones, larga duración y considerables trastornos económicos.

    Bror vino a recibirme a Mombasa, y fue estupendo de nuevo verse otra vez en compañía de una persona que es propia de una, pero Mombasa es como un invernadero ardiendo, y la gente allí está casi sin sentido por el sol, que les da en plena cabeza. Fuimos a ver un viejo fuerte muy bonito en una eminencia, y a las once fuimos a casarnos, con Sjögren, el príncipe Wilhelm, Boström y Lawenhaupt, que hicieron de testigos; todo fue sencillísimo y tardamos, como mucho, diez minutos. Y después fuimos en rickshaw a almorzar a casa de Hobley, que es quien nos casó; tenía un chalet precioso junto al mar, y de allí seguimos en tren, un tren especial para el príncipe Wilhelm, con el vagón comedor particular del gobernador y la cocina y el cocinero de Mac Millan, y fue realmente brillante. El primer trecho fue terriblemente caluroso, pero ya luego empezó a atardecer y refrescar. A la mañana siguiente el paisaje había cambiado por completo, y ahora ya estábamos en la auténtica Africa, vastas praderas y montañas en la lejanía y una increíble riqueza de fauna, grandes manadas de cebras y ñus y de antílopes casi tocando el tren, y, aunque no parece gran cosa cuando se oye hablar de ello, viéndolo resulta impresionante. (Carta de Karen a su madre 20/01/1914).

Llegó al puerto de Mombasa el 14 de enero y ese mismo día se casó con Bror Blixen. Se instaló temporalmente en la ciudad gubernamental de Nairobi, en el Africa Oriental británica. Poco después de la boda su médico le informa de que su marido la ha infectado de sífilis, para lo que sigue un ineficaz tratamiento con tabletas de mercurio. En agosto estalla la Primera Guerra Mundial y a pesar de su ayuda al esfuerzo aliado, el matrimonio es acusado de germanofilia. En 1915 tuvo que regresar para tratar su enfermedad en el Hospital Nacional de Copenhague. Durante esta estancia en Dinamarca escribe su poema Ex Africa.

Carta de 1926:
Sopla el viento en las plains de Athi y las hienas ululan muy cerca. Hay verde por doquier porque ha llovido y me llega el aroma de los bosques y de los maizales. La luna acecha detrás del cafetal, hay grandes nubes blancas por todo el cielo. (Carta 24/02/1926)

Denys Finch Hatton (1887-1931):
Cazador de origen inglés que vivió en Kenia en la primera mitad del siglo XX. Era hijo del Conde de Winchilsea y Nottingham y fue educado en Eton. Tomó rumbo a África y se instaló en una ladera del Valle del Rift. Lo que de verdad le gustaba era África. Para ganarse la vida cazaba grandes animales en safaris en compañía de adinerados europeos. Pero fue capaz de mantener una buena relación con los verdaderos habitantes del lugar, los africanos. En Masailand casi terminó con la presencia de leones. Murió en 1931 en un accidente de avioneta, su biplano Gipsy Moth, en compañía de su sirviente de etnia kikuyu. Fue enterrado en lo alto de una de las colinas Ngong en Kenia, con una placa y un pequeño poema de la Rima del viejo marinero de S.T.Coleridge.

Plantación sin éxito:
El servicio de la mansión de los Blixen estaba formado por kikuyus. Los masai eran más temperamentales. Por los alrededores paseaban los perros gran danés Dusk y Pania. El barón Blixen se ausentaba frecuentemente más pendiente de los safaris que de su plantación de té y café, que empleaba a 1.000 nativos. En mi granja cultivábamos café. La tierra, sin embargo, estaba demasiado alta y nos resultaba difícil sacarlo adelante. Nunca nos hicimos ricos con el cafetal.


Colonización de Kenya:
Los primeros habitantes de la región fueron pueblos camíticos y nilóticos, que entre los s.IV-X d.C. fueron en gran parte sustituidos por tribus bantúes. Desde el s.VIII, la costa fue colonizada por árabes y persas, desplazados en el s.XVI por los portugueses, que a su vez fueron expulsados por los osmanlíes. Gran Bretaña inició su penetración al lograr del imán Sayyïd Sa'ïd (1822) autorización para patrullar las costas. Los misioneros alemanes Johann Krapf y Johannes Rebman fueron los primeros europeos en que exploraron el interior de este territorio. Como consecuencia del congreso de Berlín (1878), que selló el reparto de Africa, Grna Bretaña y Alemania fijaron zonas de influencia en el norte y en el sur de la actual Kenya (1886). La Asociación del Africa oriental obtuvo del sultán de Zanzíbar una concesión sobre una faja costera de 16 km de ancho (1887). Gran Bretaña proclamó su protectorado sobre el Africa oriental (1895), pese a la resistencia de algunos jefes de tribu, e inició la colonización, que no pudo completar hasta después de la segunda guerra mundial. Para la construcción del ferrocarril de Mombasa a Jusumu, Gran Bretaña importó 32.000 indios, que arraigaron en la colonia y dieron origen a la actual minoría india. Los primeros consejos legislativos creados en el territorio de Kenya por Gran Bretaña (1906), sólo admitían blancos; luego pudieron formar parte de ellos los indios. En 1944 se permitió la entrada a un africano y en 1951 a ocho, todos ellos nombrados por el gobernador. En 1952, los kikuyu iniciaron su revuelta contra la dominación británica, mientras que por otra parte el K.A.U. de Jomo Kenyatta organizó el levantamiento conocido como la sublevación del Mau-mau. Se proclamó la independencia en 1963.


Viaje al Congo, de André Gide:
Libro de viaje publicado en 1927 por Éditions Gallimard. La obra de André Gide relata con una descripción virulenta las relaciones que los franceses entablaron con los nativos de su entonces colonia Congo. A través de una remontada del río Congo realizada entre julio de 1926 y mayo de 1927, que le lleva a atravesar los actuales Congo, República Democrática del Congo, República Centroafricana y Chad, el autor denuncia los malos tratos infligidos a los indígenas y la asfixiante segregación racial que reina por todas partes. Sin embargo, el libro no fue interpretado como una condena del colonialismo. En el texto se recuerda con frecuencia la función civilizadora de Francia y André Gide pretende asignar a cada uno sus propias responsabilidades: los sacrificios deben ser consentidos por la población local en nombre del bien común de futuras generaciones; el gobierno francés no debe hacer dejación de sus prerrogativas en favor de concesionarios, a menudo muy criticados por los abusos cometidos; gestores competentes deben imponer límites a la nefasta actuación de aventureros en busca de dinero fácil. Sin embargo, la reacción ultrajada de la derecha tras la publicación del libro, parece que trae a colación una crítica tibia al colonialismo de la época y en cierta medida un ataque a los intereses franceses. Gide realizó su viaje en compañía del fotógrafo Marc Allegret. La edición de Voyage au Congo fue seguida por otro relato del mismo viaje titulado El retorno del Chad (Le Retour du Tchad). (Déborah Puig-Pey, 2016)

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