Fósiles
Siglo XX



Fósiles: siglo XX:
Frente a los 6.000 años como edad del Planeta que propugnaba Georges Cuvier, el gradualismo de Lyell requería una evolución de millones de años. Darwin sigue con admiración las ideas de Lyell, fundador de la Geología moderna. Califica su obra Principios de geología (1833) como inspiración fundamental para El origen de las especies (1859).
Los lugares más propensos para producir fósiles son las aguas poco profundas, que se redujeron mucho con la formación del supercontinente Pangea. Los análisis realizados con sofisticados aparatos de medición obtuvieron valiosa información de la presencia de iridio o isótopo 13 del carbono. Son reveladoras las alteraciones de las proporciones globales entre los isótopos carbono-12 y carbono-13. Se llama firma isotópica a la proporción determinada que presenta cada ser vivo. Hace 251,4 millones de años (a finales del Pérmico) un evento catastrófico mató al 96% de las especies marinas, al 70% de los vertebrados terrestres y a una inmensa cantidad de insectos y plantas.

El yacimiento de Burgess Shale (Canadá 1909):
En 1910 uno de los cálculos más respetados, el del estadounidense George Becicer, establecía la edad de la Tierra en unos 55 millones de años. El yacimiento de fósiles de gran riqueza está situado en el Parque nacional de Yoho, en la Columbia Británica. Contiene invertebrados del período Cámbrico Medio (unos 505 millones de años). Provee una imagen única de la vida oceánica previa a la aparición de vertebrados. Se formó debido a un derrumbamiento de arcilla sobre invertebrados marinos que se encontraban en aguas someras. Fue descubierto por Charles Walcott en 1909. Varias especies fueron indetificadas por primera vez. Los géneros sin grupo conocido fueron bautizados Amiskwia, Opabinia, Siphusauctum y Wiwaxia. Entre los géneros asignados a grupos sin ejemplos vivientes están Haplophrentis (phylum hyolitha), Marrella (artrópodo), Olenoides (trilobites), Naraoia (trilobites) y Anomalocaris (dinocárido). Para que los invertebrados puedan convertirse en fósiles es necesaria la concurrencia de múltiples factores. Edward O. Wilson dedicó a este yacimiento y a los investigadores que lo estudiaron su libro La vida maravillosa, insistiendo en las extinciones de gran extensión que determinan la evolución.

Información a partir de su distribución:
► Los fósiles guía son de gran importancia para la paleontología debido a su amplia distribución geográfica y al corto margen temporal de su aparición sobre la Tierra. Representan especies que estuvieron muy repartidas y que vivieron en periodos breves de tiempo. Los fósiles guía de mayor utilidad para la investigación son los de los organismos marinos. Algunas especies que aparecen en lugares distantes sirvieron para asentar en la segunda mitad del siglo XX la teoría de la deriva continental. Una especie de trilobite común en Europa aparece también en un área muy reducida de Terranova, a 3.000 kilómetros de distancia. Lo mismo ocurre con otro que no aparece en ningún lugar intermedio pero está presente en la costa noroeste de Norteamérica.

► En 2013 se encontró en el norte de Siberia un mamut congelado en excelentes condiciones de conservación. Se ha logrado obtener una secuencia de ADN de alta calidad de mamuts, extinguidos hace 3.700 años. Resulta muy difícil encontrar una célula de mamut congelado que tenga su genoma intacto.

► En 2014 comenzaron a comercializarse con éxito unidades de un pequeño kit de 33 diminutos fragmentos encerrados en resina. Entre las piezas de comprobada autenticidad está cáscara de huevo de dinosaurio, cuerno de tricerátops, un insecto atrapado en ámbar y un fósil de 3.430 millones de años de antigüedad. Hace unos 3.500 millones de años en los océanos existía gran número de células vivas. Hace unos 2.500 millones los arrecifes de estromatolitos estaban ampliamente expandidos y producían oxígeno de forma masiva.

► En 2016 un fósil adquirido en un mercado de Birmania se descubrió un trozo de cola de dinosaurio, con sus huesos y plumas, que quedó atrapado en resina hace 99 millones de años. La cola emplumada perteneció a un celurosaurio joven que probablemente era incapaz de volar. En un análisis químico se detectaron rastros de hierro en el tejido blando alrededor de los huesos, un vestigio de hemoglobina. ► En 2016 se analizó el primer ejemplo confirmado del tejido cerebral fosilizado de un dinosaurio, que vivió a comienzos del Cretácico, hace unos 133 millones de años. Según David Norman, de la Universidad de Cambridge, el dinosaurio murió en o cerca de una masa de agua y su cabeza acabó parcialmente enterrada en el sedimento que había en el fondo. El agua tenía poco oxígeno y era muy ácida y los tejidos blandos del cerebro se conservaron y se fosilizaron antes de que el resto del cuerpo acabara enterrado en el sedimento. ► En 2017 un equipo dirigido por científicos de las universidades de Princeton y Maine obtuvieron datos del clima de hace 2,7 millones de años. Perforaron el hielo de la Antártida y a partir de pequeñas burbujas de aire del interior acumularon datos climáticos del comienzo de la Edad de Hielo. Según los primeros análisis los valores de CO2 de la atmósfera se situaban entonces en 300 partes por millón (ppm), muy por debajo de las 400 ppm actuales.


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