HISTORIA
DOCUMENTOS
Achille Lauro




Achille Lauro:
En noviembre de 1979 zarpó de Sauthampton en el primero de sus cruceros alrededor de Africa, con escala en Santa Cruz de Tenerife en el viaje de ida, de 61 días de duración. El crucero se repitió en 1980 con escala en Las Palmas y, desde Durban, en dos ocasiones viajó a las islas Seychelles y Mauricio. Desde Ciudad del Cabo hizo viaje a Santa Cruz de Tenerife y Southampton , donde el 25 de enero de 1981 inició el denominado "Grand Cruise to the Far East" de 73 días de duración, que le llevó hasta Hong Kong con escalas en Djibouti, Male, Djakarta y Manila. Las dificultades financieras de la Flotta Lauro se hicieron insoportables. El 23 de enero de 1982, al arribar a Santa Cruz de Tenerife, en un viaje a Ciudad del Cabo a Génova, fue embargado por diversos acreedores, lo cual motivó la inmovilización del "gran barco azul" por espacio de un año, hasta que se cancelaron la mayor parte de las deudas contraídas y el trasatlántico pudo continuar su viaje, arribando a Génova el 28 de enero de 1983, donde permaneció amarrado hasta julio de 1984.

Secuestro (1985):
El nombre de Achille Lauro volvió a ser noticia en todo el mundo cuando el 8 de octubre de 1985, en el transcurso de un crucero entre Alexandría y Port Said, cuatro terroristas árabes se apoderaron del buque, resultando muerto un pasajero norteamericano. El 9 de octubre, los terroristas se rindieron y la mayoría de los pasajeros regresaron a Italia.


Secuestro de buques:
El 22 de enero de 1961 se produjo el primer secuestro de un buque por motivaciones políticas, fue el caso del Santa María, un trasatlántico en ruta de Buenos Aires a Vigo que sería rebautizado en pleno secuestro como Santa Liberdade en el transcurso de una operación de protesta testimonial y romántica contra las dictaduras de Salazar en Portugal y de Franco en España, los únicos regímenes no democráticos de la época en Europa (habría que esperar a 1967 para que Grecia se uniera al club con su régimen de los coroneles). El secuestro fue obra de un grupo de 24 antifascistas gallegos y portugueses, comandados por Henrique Galvao y pertenecientes al Directorio Revolucionario Ibérico de Liberación (DRIL). Durante los 13 días que el Santa María permaneció bajo el control de estos "piratas", como rápidamente fueron bautizados los activistas políticos por las dictaduras franquista y salazarista, el Santa María fue primera página de una buena parte de los periódicos de todo el mundo. Estados Unidos, entonces bajo la presidencia de Kennedy, asumió la dirección de un aofensiva militar y diplomática para localizar al buque y neutralizar a los secuestradores, que terminó con el atraque del Santa María en el puerto brasileño de Recife, en régimen de derecho de asilo concedido por el presidente Janio Cuadros. Este episodio romántico, testimonial e incruento, fue rescatado del olvido por una novela de Miguel Bayón publicada en 1999 y una película de Margarita Ledo estrenada este año, y cuando se le compara con las acciones de los fanáticos político-religiosos que llenan el mundo de ruido, furia y mules de muertos, especialmente desde el 11 de septiembre de 2001, se observa la dramática escalada de violencia que la actividad política marginal ha experimentado en las últimas décadas, escalada que desgraciadamente no parece tener fin a corto plazo. En los años ochenta comenzó a crecer la preocupación por el aumento de los actos ilícitos que afectaban a los buques, su carga y sus pasajeros y tripulantes, con numerosos casos de secuestro de tripulantes, buques embarrancados a propósito, explosiones provocadas, amenazas y robos, etcétera. El secuestro del buque italiano de pasajeros Achille Lauro, el 7 de octubre de 1985, alcanzó gran protagonismo en los medios de comunicación por el terrible asesinato de Klinghoffer, un pasajero paralítico, judío y americano, que fue asesinado a tiros y arrojado al mar en su silla de ruedas por los secuestradores, cuatro miembros del Frente de Liberación de Palestina. Abu Abas, el cerebro del secuestro, nunca había sido detenido hasta que tropas especiales americanas le capturaron el 15 de abril de 2003 en Bagdad, casi dieciocho años después del secuestro del Achille Lauro. Tras los ataques del 11 de septiembre en Nueva York la piratería pasó de ser considerada como una actividad ilícita impulsada por motivos puramente económicos a poder ser una fuente potencial de financiación de actos terroristas. Los ataque perpetrados contra el buque de guerra norteamericano Cole en Adén y contra el petrolero francés Limburg añadieron más presión a la OMI para que tomara medidas concretas en el campo de la prevención de ataques terroristas a los buques. (José Manuel Díaz)


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