Cuba
La Habana



La Habana:
La Plaza de la Catedral posee una historia ligada al suministro de agua. Cruzando la plaza desde la iglesia en diagonal, en la esquina del edificio de la derecha una inscripción narra cómo en el lugar que ocupa el callejón sin salida corría el único riachuelo en La Habana con agua dulce. Este riachuelo calmó la sed de los habitantes por espacio de casi un siglo. En la actualidad su curso transcurre canalizado y bajo adoquines. Entonces corría desde la esquina de la casa del que llevaba en honor del riachuelo el nombre de Marqués de las Aguas Dulces. Frente a la casa del marqués se conserva el palacio de piedra de otro rico hidalgo, y, a pesar de que su nombre no tiene nada que ver con el agua, en su escudo figura una concha por la que corre el agua. La tercera casa que cierra la plaza, situada frente a la iglesia, es la del Marqués de las Aguas Claras.

Al ver los vitrales azules de las ventanas, los arcos y las columnas de los primeros pisos de los palacios que rodean la plaza cortados de la piedra gris, como si lo fuera especialmente para el grabado, se podría suponer  que este conjunto es el resultado del cálculo exacto de un arquitecto. Pero al caminar alrededor de una de las casas más grandes uno hace otro descubrimiento: la plaza se logró casualmente, la fachada de la casa y la entrada principal no dan a la plaza sino al lado contrario. En el lado que da a la plaza se detenían las carretas vacías. En un estanque situado entre las casas las mujeres lavaban la ropa y en una parte de la casa del marqués de las Aguas Dulces estaban los baños.
(V.Vesenski)

 



 



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